Ante la carencia de aulas, decenas de alumnos del Centro de Educación Alternativa (CEA) Martha Mendoza pasan clases de materias prácticas como Electricidad y Repostería en aulas improvisadas dentro de los pasillos del Colegio 23 de Marzo, por lo que demandan la construcción de una infraestructura que pueda brindar mejores condiciones a los más de 450 alumnos.
El Centro Martha Mendoza, desde hace 27 años, además de brindar educación regular, ofrece a muchos jóvenes la oportunidad de adquirir una profesión, pero la carencia de infraestructura, de momento les limita en el trabajo, más no así las ganas de seguir enseñando.
“La Alcaldía desde el año pasado nos venía prometiendo que nos van a construir cuatro ambientes para los talleres. El oficial mayor de Desarrollo Social, Orlando Vargas nos visitó y se comprometió, pero no se construyó y ahora estamos al borde de iniciar nuestras marchas y protestas”, manifestó la directora, Alejandrina Rocha.
En el POA 2011 está inscrita la construcción de cuatro ambientes para talleres, pero supuestamente por un error en el nombre del Colegio, el proyecto tuvo que ser devuelto a la Dirección de Planificación.
PROYECTO
Desde hace una década, el Centro cuenta con un terreno en la zona del aeropuerto, pero no hay recursos económicos para hacer efectivo el proyecto que se encuentra a diseño final.
“El Ministerio de Educación se comprometió a construir pero con la condición de que tanto la Alcaldía como la Gobernación se comprometan a poner la contraparte, la Alcaldía ya aceptó, aún falta el apoyo de la Gobernación”, dijo Rocha.
Mientras se haga efectivo ese proyecto urge la construcción de aulas dentro del Colegio 23 de Marzo para instalar la maquinaria de los talleres de electricidad, alimentación, costura, tejido, corte y confección, computación y marroquinería gestionados por la Fundación Fautapo.
El taller de corte y confección cuenta con máquinas de costura de alta tecnología, pero muchas están guardadas por falta de espacio ya que sólo cuentan con una pequeña sala donde tiene instaladas 15 máquinas.
“Tenemos todo el equipo completo, pero el trabajo con prenda requiere un espacio amplio. Aquí no se puede ni cortar la tela y las máquinas están una tras de otra”, manifestó la profesora Dora Salazar.
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