El Alto, 11 ago.- La urbe alteña registró en el último tiempo diversos casos de ancianos que son abandonados por sus hijos en esta ciudad, según informó la concejala edil de Unidad Nacional (UN), Marina Murillo.
La autoridad explicó además que visitó algunos albergues particulares donde los internos no estarían siendo atendidos de manera correcta.Marina Murillo dijo que el tema de abandono en la ciudad de El Alto asciende diariamente y que varios casos son registrados semanalmente llegando al extremo de que los dos únicos albergues que existen en esta ciudad se encuentran colmados, provocando el hacinamiento entre los internos.
Otra de las problemáticas es que los adultos mayores se extravían en El Alto y muchas veces no recuerdan donde viven por lo que les es imposible retornar a sus hogares y peor aún sus familiares no reclaman por ellos.
Frente a estas circunstancias y la situación en la que estarían las personas de la tercera edad en ambos albergues, la legisladora señaló que realizará las gestiones correspondientes para agilizar la construcción de un asilo municipal, ya que existe un proyecto e incluso recursos comprometidos por la Gobernación para este cometido.
“Hay un proyecto y vamos a tratar de agilizar los trámites y todo lo que haya que hacer para que se construya a la brevedad este albergue porque la situación realmente es triste en estos albergues principalmente en el denominado Gepeto, donde no existe buena atención”, aseveró la concejala.
ABANDONO DE ANCIANOS
El abandono que sufre la tercera edad es una dinámica que se vive a diario, son innumerables las historias que existen sobre el abandono, desplazamiento o el destierro del núcleo familiar. Historias que describen la realidad de miles de adultos mayores.
Una de las razones más comunes es cuando un adulto mayor cumplió con su vida laboral útil, transformándose en una carga potencial de gastos para la familia a la que pertenece. Situación que se transforma en causal de rompimiento de interacción humana, relaciones, comunicación y hasta la afectividad, siendo esta última de gran importancia para el fortalecimiento y crecimiento de una familia.
Al producirse un quiebre en los puntos antes nombrados la tercera edad se repliega o es desplazada a un “rincón” del hogar, reduciéndose su mundo social provocando en los ancianos una serie de repercusiones tales como abandono familiar social, aislamiento transformación o cambios en los lazos afectivos, cambios bruscos en los estadios de ánimo, entre otros.
Otro de los casos recurrentes es en situaciones en donde el sujeto de la tercera edad es padre o madre y recibe a su hijo (a) con su familia (allegados), siendo estos una apropiamiento del hogar en una forma temática y paulatina de este hogar, desplazando al sujeto en estudio a dependencias reducidas el ignoro de su opinión y en muchas situaciones se produce un ambiente de agresión tanto fisco, verbal y psicológico, ocasionando en el agredido daños psicológicos, neuronales, emocionales, conductuales y en algunos casos físicos que por la avanzada edad del sujeto son daños irreparables médicamente hablando.
Cuando el sujeto en cuestión pertenece a un grupo familiar extenso y nadie de los componentes quiere hacerse cargo del cuidado de este se transforma en la vivencia de periodos cortos en los hogares de quien le haya tocado el turno de cuidarlo, haciendo sentir que es una carga.
Esta circunstancia los lleva a los adultos mayores a estados de depresión, desequilibrio emocional, rechazo cayendo de esta forma el estado de ánimo.
Las situaciones antes descritas son unas de las muchas que existen a diario en perjuicio de las personas de la tercera edad, situaciones que tienen una repercusión dañina para un grupo familiar y para la sociedad en sí.
Existe una pérdida de identidad para la familia y la sociedad, se extingue la historia que se trasmite verbalmente, sabiduría que se adquiere a través de los años y el adulto mayor la posee.
0 Comentarios