Marsella (Francia), 12 mar (EFE).- El Foro Mundial del Agua cerró hoy en Marsella una de sus jornadas más importantes con la adopción de una controvertida declaración ministerial, que contó con la oposición de Bolivia y con la crítica de algunas ONG presentes.
El texto, del que el ministro francés de Cooperación, Henri de Raincourt, se congratuló públicamente de que hubiera sido aprobado, expresa la voluntad de acelerar el acceso al agua potable y al saneamiento y de garantizar la coherencia de las políticas de los actores vinculados con su gestión.
En su presentación no se escondió que la ambición de los objetivos hizo que las negociaciones preparatorias fueran difíciles, pero se mostró la satisfacción de tener una declaración en la que por primera vez, según Raincourt, se reconoce la urgencia de actuar y dejar de considerar el agua como una problemática separada.
El ministro boliviano de Agua y Medio Ambiente, Felipe Quispe, en una comparecencia posterior ante la prensa, fue el único que se desmarcó públicamente del contenido de la declaración, por considerar que abre la vía a la inversión privada en la garantía del derecho humano a ese recurso.
Un punto que sustenta esa negativa boliviana es aquel en el que los ministros se declaran a favor de fomentar "una planificación financiera estratégica y sostenible, fundada en una combinación adecuada de contribuciones de los usuarios de agua, presupuestos públicos, financiaciones privadas y canales bilaterales y multilaterales".
Y junto a ese punto, la falta de reconocimiento explícito del derecho humano al acceso al agua y al saneamiento, declarado como tal por la Asamblea General de la ONU en 2010, fue otro aspecto contra el que se levantaron ONG como Ecologistas en Acción o Ingenieros Sin Fronteras.
"Las voluntades políticas se tienen que decir de manera clara. Este documento es el que va a servir para ir hacia 'Río+20' y aunque el matiz es muy fino, diluye el concepto aprobado por la ONU y destruye consensos que ya se habían construido", explicó a los medios Jaume Delclòs, integrante de esa segunda ONG.
El texto, no vinculante, se limitó a expresar que tras la adopción de dicha resolución por parte de Naciones Unidas, los firmantes se comprometen a "acelerar la implementación de las obligaciones" al respecto, "mediante cualesquiera medios que resulten adecuados".
La relatora de la ONU en agua y derechos humanos, Catarina de Albuquerque, ya había advertido antes de este foro que su inclusión supondría un paso atrás con el que los Gobiernos serían "inconsistentes" con las decisiones tomadas previamente.
La ONG canadiense "The Council of Canadians" atribuyó a su país la presión que supuestamente hizo que se eliminara de la versión final, donde de lo que sí queda constancia es de la interrelación entre el agua, la energía y la seguridad alimentaria, así como que su buena gestión requiere flexibilidad y la participación de todos.
Su adopción era uno de los puntos claves del encuentro, que se inauguró el lunes y se clausura el sábado, y que bajo el lema "la hora de las soluciones" avanzará estos días en la búsqueda e intercambio de propuestas eficaces.
El Consejo Mundial del Agua, organizador de este foro que sigue a los celebrados de manera trienal en Marraquech, La Haya, Kioto, Ciudad de México y Estambul, revela que han participado más de 80 ministros y delegaciones de unos 130 países, y espera contar para finales de semana con una participación total de 25.000 personas.
El encuentro se completa con conferencias y pabellones en los que países, empresas y ONG exponen y debaten sus programas, y compartirá protagonismo desde mañana con el Foro Alternativo Mundial del Agua (FAME), que hasta el sábado espera reunir a unos 3.000 militantes en pro de su distribución justa del agua y en contra de su mercantilización.
Fuente : El Economista
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