La escasez de cemento en el país, sobre todo en los Departamentos de Santa Cruz y La Paz, durará has fin de año, vaticinó ayer domingo el principal accionista de la Sociedad Boliviana de Cemento (SOBOCE), Samuel Doria Medina.
"Si se manejan bien las cosas, tendremos unos meses difíciles hasta que se resuelva el problema a fin de año, pero después se va normalizar (la provisión de cemento)", auguró el empresario.
Doria Medina dijo que la mayor cantidad de edificaciones privadas en el oriente hizo que creciera la demanda de cemento, siendo Fancesa la principal proveedora de ese producto para el mercado cruceño."El mercado donde hay mayor crecimiento de construcción es en Santa Cruz y la principal abastecedora es Fancesa, y si no funciona como reloj suizo, de hoy en adelante, habrá más preocupaciones", aseveró.Precisó que para el buen funcionamiento de una fábrica de cemento se debe contar básicamente con gas, energía eléctrica y camino. "Una fábrica de cemento no se hace de la noche a la mañana, toma muchos años. Lo más importante es que tiene que haber gas, energía eléctrica y caminos, si no hay ninguno de esos elementos no se puede hacer nada", enfatizó.Doria Medina, a quien el Gobierno le revertió el 33.34 por ciento de sus acciones en FANCESA, a favor de la Gobernación de Chuquisaca, explicó que SOBOCE Viacha, en La Paz, utiliza 10 millones de pies cúbicos de gas natural y 20 megavatios de energía eléctrica.Añadió que Fancesa recientemente hizo una inversión económica importante para la construcción de un molino, que estará listo a fin de año, con el cual se pretende aumentar la producción de cemento, "siempre y cuando se hagan bien las cosas".Datos del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón Armado (IBCH), revelan que la producción nacional de cemento al 25 de julio de este año alcanzó 1.323.282 toneladas, mientras que las ventas llegaron a 1.303.754 toneladas.Busca evitar arbitrajePor otra parte, el empresario y dirigente opositor Samuel Doria Medina, remarcó que espera evitar un arbitraje internacional para determinar el valor de sus acciones en una fábrica de cemento que el miércoles le expropió el Presidente Evo Morales, al igual que a sus socios del grupo mexicano Chihuahua.Señaló que para ello su intención y la de sus socios mexicanos es que una entidad independiente valore las acciones nacionalizadas."Esperan que sea una valoración independiente, de un tercero. Ellos tampoco quieren entrar a un arbitraje, si es que se puede tener un arreglo desde ese punto de vista", indicó, a la vez que anunció el arribo a Bolivia, esta semana, de inversionistas de México.Doria Medina, líder del partido político Unidad Nacional (UN), compró acciones de la empresa cementera mixta Fancesa, en la región sureña de Chuquisaca, por un valor de 26 millones de dólares, que ahora se cotizan en 80 millones, según explicó."Si el Gobierno nos devuelve el mismo monto con el compramos las acciones de Fancesa no vamos a aceptar, porque es como comprar una casa y a los diez años llegue el dueño y le digan que le devuelven el dinero, pero la casa se ha mejorado", argumentó el empresario.Morales expropió las acciones de la empresa de Doria Medina, la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) y que cuenta con un 47% de participación del Grupo de Cementos Chihuahua, en Fancesa, equivalente al 33% del capital, en beneficio de la gobernación de Chuquisaca, dirigida por el oficialista Esteban Urquizu.El mandatario justificó la nueva confiscación, que se suma a decenas en los últimos cinco años, con el argumento de que Soboce obtuvo de forma "ilegal" sus acciones en 1999.En ese sentido, el Gobierno de Morales acusó de corrupción y tráfico de influencias a Doria Medina, ya que siendo ministro de Planeamiento en 1992 promovió leyes que le habrían beneficiado en la compra de las acciones de Fancesa.El empresario dijo entonces que la acusación sería cierta si le hubieran "regalado" las acciones, y calificó la expropiación de "cortina de humo" y de "abuso de poder" que mermará las inversiones nacionales y extranjeras.
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