Cochabamba, 16 Nov. La 90 Asamblea Episcopal de los Obispos de Bolivia concluyó este martes con una ratificación de sus preocupaciones sobre seis realidades que vive la sociedad boliviana vinculadas a las decisiones políticas de gobierno y aclaró que continuarán con sus críticas no para generar una confrontación sino iluminar sobre el valor y la dignidad de las personas.
Los obispos se reunieron entre el 11 y 16 de noviembre donde reflexionaron sobre el proceso de la Misión Permanente, el compromiso del Pueblo de Dios en la sociedad y coyunturas en las que vive y realizaron un llamado a preparar el corazón y la mente en el tiempo de Adviento que prepara a revivir el regalo del nacimiento de Cristo.
En su mensaje al país exhorta a los creyentes en convertirse en un discípulo misionero. Para que esto suceda, hace falta hoy, lograr una conversión pastoral, dirigida a presentar a la persona de Jesús, vivo y presente en la vida cotidiana y en la historia.
IGLESIA NO SE QUEDARÁ EN LOS TEMPLOS
Señala que unidad con Jesús no se puede reducir a una relación intimista, que hace que la Iglesia se quede encerrada en el templo; al contrario, es para servir al bien de la sociedad en su conjunto y dijo que “tiene una connotación esencialmente de bien social y es crítica con las estructuras que la rodean, no para buscar confrontación, sino para proclamar el valor sagrado de la vida y la dignidad de toda persona.
Los obispos manifiestan que la Iglesia no es indiferente a todo lo que en la sociedad se decide, se produce y se vive, a la calidad moral, es decir, auténticamente humana y humanizadora de la vida social, según prescribe la Doctrina Social de la Iglesia.
Aclara que esto no significa que la Iglesia persiga intereses ideológicos o pragmáticos, sino que ilumina las realidades políticas, económicas, sociales, con los criterios que el Evangelio y la Tradición de la Iglesia enseñan acerca del hombre y su vocación terrena y trascendente, para orientar en consecuencia su conducta.
RESPALDO A MONS. PEREZ
“Este compromiso se realiza en la historia, en las circunstancias que nos tocan vivir en nuestro país. Es por esta razón que la Iglesia, de distintas formas, manifiesta sus preocupaciones ante la realidad que viven nuestros fieles: extrema pobreza, narcotráfico, alza de precios de la canasta familiar, democracia a menudo formal, poco participativa y consensuada, la grave contaminación y deterioro ambiental, aspectos que ya fueron destacados en el saludo inaugural del presidente en ejercicio de la Asamblea Mons. Jesús Pérez, con quién nos sentimos plenamente identificados”, sostiene la parte central del mensaje.
En su mensaje inaugural, Pérez reclamó que el proceso de cambio que vive el país a la cabeza del gobierno, no es tranparente y no se desarrolla en un ambiente de diálogo, convirtiendo a la actual democracia, en una democracia formal donde las libertades son restringidas.
Estas críticas merecieron una dura respuesta del gobierno y algunos operadores políticos del MAS que mandaron a los obispos a callarse y dedicarse a sus labores pastorales. Incluso el vicepresidente Alvaro García Linera pidió que los jerarcas de la Iglesia se consagren en salvar almas en vez de hacer política.
Los obispos señalan que la sociedad necesita de los hombres de fe para su desarrollo integral lo que implica a un llamado a comprometerse decididamente a favor del bien común y de la causa de los pobres y dar testimonio de un correcto uso de los bienes de la tierra a favor de todos.
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