Cabe hacer votos para que las iniciativas encuentren tierra fértil y no fracasen
La semana pasada, se realizó en Santa Cruz el primer Congreso Gas & Energía, convocado por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para servir como marco de reunión con especialistas y representantes de las más importantes empresas hidrocarburíferas del mundo, pero sobre todo para hacer pública la nueva estrategia estatal para el sector.
En efecto, en el evento, diversos especialistas recordaron las razones por las que hasta 2005, antes de la aprobación de la Ley 3058, de Hidrocarburos, y la nacionalización del 2006 (que cambiaron el escenario político y el discurso sobre el tema), se insistía tanto en el potencial gasífero boliviano, señalando las ventajas estratégicas del país, pero también insistiendo en que debe buscarse un equilibrio entre inversión en exploración y desarrollo de nuevos campos, y búsqueda de nuevos mercados que hagan viables esos proyectos.
El Presidente y el Vicepresidente del Estado y el presidente de la estatal petrolera hicieron fuerte énfasis en las garantías de seguridad jurídica para quienes lleguen al país a invertir en el sector, pero siempre en un marco de soberanía o, en palabras del Primer Mandatario, como "socios y no patrones". Asimismo, el presidente de YPFB hizo notar que, como en ninguna otra parte del mundo, en Bolivia la seguridad jurídica que se ofrece a las empresas extranjeras viene refrendada por la aprobación de los contratos en la Asamblea Legislativa Plurinacional, lo que significa una garantía adicional.
Sin embargo, y en la línea de asegurar la soberanía nacional sobre la riqueza hidrocarburífera, la autoridad reiteró que en los contratos petroleros se establece que el 50% del total de los ingresos que se obtenga en las operaciones que produzcan gas o petróleo son para el Estado, así como el hecho de que la inversión en exploración corre por cuenta y riesgo de las empresas petroleras, considerando que de los más de $us 1.800 millones invertidos durante 2010, el 67% era de YPFB.
Finalmente, también se anunció que las nuevas inversiones en exploración beneficiarán a los nueve departamentos del país, donde se han identificado 56 bloques con un potencial de 54 trillones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés), que solo podrán pasar de reservas posibles a probables y probadas cuando se cuente con la certeza de su recuperación y, sobre todo, mercados para su venta.
Todo apunta, pues, a que la estatal petrolera ha comenzado finalmente a salir de una suerte de limbo en el que estuvo en los últimos años y se proyecta hacia el mundo como un socio interesante para la inversión en el siempre atractivo negocio de los hidrocarburos, pero en un marco radicalmente distinto al que habitualmente se aplica para este negocio. Hay que hacer votos por que las iniciativas encuentren tierra fértil y no devengan en frustración.
Nota : La Razon
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