Aljibes: Gobernación ve detrás móviles políticos

Detrás de las dudas que sembró el asambleísta de oposición Moisés Torres sobre la adjudicación de aljibes a la empresa donde trabajaba el presidente de Fancesa, Luis Iriarte, poco antes de ser designado representante de la Gobernación en el Directorio de la cementera, la Gobernación ve “estrictamente un tinte político”.
“Todas estas denuncias que se están realizando por diferentes medios de comunicación, parecieran (ser) una campaña”, dijo ayer el secretario de Medio Ambiente de la Gobernación, Iván Albis, según él, para desprestigiar la gestión del gobernador Esteban Urquizu. Por eso mismo, la Gobernación activó una contra campaña mediática, enviando al secretario de Medio Ambiente, Iván Albis, y al secretario Jurídico, Juan Pablo Yucra, a diferentes medios de comunicación, para aclarar y “desmentir” la serie de versiones que se tejieron sobre el asunto.
Pero más allá de ello, tras todo ese revoltijo mediático, una serie de dudas se aclararon finalmente, pero otras quedaron sin respuesta.
Para empezar, los funcionarios de la Gobernación demostraron lo que ya se sabía: que Luis Iriarte no firmó ningún contrato de provisión de aljibes con la Gobernación.
Sobre la distribución de los aljibes, Albis aseguró ayer que fueron entregados a cada uno de los municipios demandantes, en contrato de comodato por dos años, y éstos se los entregaron a los beneficiarios. “Si es que hubiera un mal manejo de estos aljibes, estamos en la posibilidad de ir, quitarles y entregar a otro beneficiario”, aclaró Albis.
También dijo que existen las actas de entrega, pero que recién los están solicitando a las alcaldías beneficiarias, ya que ellas fueron las que entregaron los aljibes a los directos beneficiarios.
Sobre los contratos, Yucra confirmó ayer que los dos primeros contratos con la empresa TCC Bolivia, donde trabajaba Iriarte, fueron firmados vía invitación directa, bajo la modalidad de contratación por “desastres y/o emergencias”, permitida por el DS 181. ¿Por qué invitaron a TCC Bolivia, solamente? “Nosotros no tenemos la culpa de que sea una de las únicas empresas proveedoras de aljibes (en el país)”, respondió Yucra. Es decir, contrataron a esa empresa, porque no conocían de otra en el país, según Yucra. Así las cosas, TCC Bolivia firmó esos dos contratos por Bs 8,5 millones en total.
Luego surgió una tercera adjudicación, esta vez, vía licitación pública, a la que sólo se presentó TCC Bolivia. Nadie más, según Yucra. “No se presentó nadie más a la licitación, prueba clara de que no hay más proponentes (en el país)”, concluyó. El plazo para firmar ese contrato se venció ayer, y es por 2,3 millones de bolivianos. TCC Bolivia, con ello, sumaría contratos por más de 10,8 millones de bolivianos con la Gobernación.
“Pareciera ser que es el año de los aljibes, y es un buen negocio vender aljibes”, dijo ayer a propósito Torres. “Este tema debe merecer una aclaración, una investigación. Nosotros estamos a la espera de un informe de la Gobernación”, insistió.
En el acta de la reunión de proponentes del 15 de octubre de 2009, se señala que asistieron a la cita cuatro empresas, entre ellas TCC Bolivia, donde Luis Iriarte firma como representante.
Lo que quedó sin respuesta: la Gobernación, según Yucra, invitó a TCC Bolivia el 27 de julio de 2010 para que sea proveedor, y el contrato se firmó el 3 de agosto. El 11 de julio, sin embargo, cuando Iriarte exhibía sus aljibes en Carandaytí, los mismos ya tenían un sticker de la Gobernación.

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