La rebelión del descontento

Una tromba de conflictos sacude el país. Facturas electorales y la burocracia ministerial hacen el cuadro fatídico. Con Morales presidente, muchos creyeron
que los bloqueos habían terminado. Por las mismas causas, incluso con los mismos actores, ha vuelto la violencia. Ya es una costumbre – mala por supuesto – que para hacerse escuchar es preciso obstruir caminos, convertir en infierno las calles, espantar a los turistas…
Pero para el oficialismo esa realidad no existe. Los pequeños grupos que habían aprendido del jefazo a bloquear son desdeñables. En todo caso, es la derecha derrotada que todavía patalea en el suelo. Y los otros que ayer eran fanáticos masistas, son ingenuos que actúan bajo la batuta de aquella. Total, aquí no pasa nada. Todos estamos bien, felices y contentos. ¡Viva el Estado Plurinacional!
Sin embargo, los focos de la rebelión están a la vista.
Potosí parece ser el entenado del régimen. Sus antiguos reclamos se dan de cara con el rencor oficialista. Allí había antes una adhesión compacta al “hermano Evo”; desde hace un año ya no existe ese apoyo. En vista de ello, se le ha puesto tres cruces a la Villa Imperial. Y es probable que esa actitud no cambie, por más que el Sumaj Ork’o se desplome hacia dentro. El encono político había sido terrible.
En torno al Tipnis, la hipótesis más plausible es la que un analista anotó ahora último. En el plan de copamiento del poder –-dijo el Sr. Julio Alvarado- la carretera en cuestión es una pieza importante. Sin la perspectiva de los intereses cocaleros, no tendría sentido pelear por ella. Corrobora la prensa: “Las plantaciones de coca cercan la reserva nacional”. Los líderes indígenas no ignoran esta realidad. Por eso están en la lucha.
Con disimulada estridencia, en los medios se va librando la batalla decisiva para el otro octubre. La verdad contra la mentira y la mentira contra la verdad, ésa es la batalla. Quien gane la misma, ya puede cantar victoria. Se trata de aceptar o de rechazar el proceso. Haciendo de juez y parte, el MAS seleccionó a los candidatos. La dicotomía crucial está planteada: los tontos útiles y los vivos inútiles. Si usted no es candidato (a), ¿se adscribirá al bando de los otros?
El Alto aún lleva el sello de la pobreza crónica y hay muchas promesas incumplidas. El más firme bastión de Morales se cansó de esperar. ¿El censo para las calendas griegas? No, ¡ahora! El “portallaves” del ingreso a La Hoyada se reserva la posibilidad de la ominosa fórmula: Senkata, bloqueo, desabastecimiento. Pero nadie desea que se repita la luctuosa experiencia del pasado.
Cuando la persuasión fracasa, actúa la represión violenta con gases, con balines, con balas (La Calancha, Caranavi). Se reproduce en esencia el operativo del “octubre negro”. La Constitución manda restablecer los derechos y garantías ciudadanas; los conculcadores no son caballeros de guante blanco. El bloquear calles y caminos- digámoslo de una vez – es un acto criminal, no importa el motivo ni el signo político que ostente.

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