En el marco de la Bienal de Arte Urbano se vienen desarrollando bastantes actividades, quizás esto sea un empuje interesante para la intervención artística nacional, esto lo vemos con los informes de prensa que nos muestran que: un buen aperitivo se sirve en cantidades pequeñas para provocar más apetito, del mismo modo que durante el desfile cívico del 15 de agosto, las obras visuales realizadas en varios puntos de la ciudad de Cochabamba le dieron un giro inesperado a una actividad tan formal, abriendo el “apetito por arte urbano” en las personas.
El espacio, la provocación, la re significación de historias van amoldando el preámbulo a este festín cochabambino que se viene ya…
La Bienal de Arte Urbano (BAU) empezó a dejar huellas por la ciudad. Si recorren las calles de la zona sur, ya se puede ver afiches y murales atractivos plasmados en paredes que normalmente pasan desapercibidas. El transeúnte ahora puede detenerse, apreciar y asimilar el tono pintoresco que la ciudad empieza a cobrar. Pero esto es sólo el principio.
La BAU recién comienza a tomar la ciudad como un gran lienzo y a interactuar con el ciudadano. Son casi 20 artistas reconocidos y de larga trayectoria, tanto nacionales como internacionales, que son cómplices de este evento detonador de movimiento a través de la intervención urbana. Son los involucrados: Alejandra Delgado, José Ballivian, Juan Pablo Calero, Galo Coca, Iván Cáceres, Colectivo Sin Motivo, Green Graffiti, Arterias Urbanas, Joaquín Cuevas, Vassil Anastasov y Marco Tóxico, por nombrar a los nacionales. Vienen también a plasmar su versión Charquipunk y la Brigada Negotrópica (Chile), Franco Domenak, Aurelio de la Guerra y Avril Filomeno (Perú), Mundano (Brasil), Dos Jotas (España) y JR de Francia.
El eje de intervención de estos artistas se delinea por el Paseo de las Artes; proyecto concebido desde el mARTadero para resignificar y reconfigurar la zona que acoge las OTB´s de Villa Coronilla, Gerónimo de Osorio y Bartolomé Guzmán por su gran valor cultural y patrimonial. La fiesta de la BAU la comenzó Marco Tóxico, quién moldeó su propuesta en afiches ilustrados por paredes de la zona. Esta faena fue compartida e interactuada con artistas del CONART PROCESS; proceso formativo para jóvenes artistas en arte urbano. Luego llegan los chilenos Charquipunk y la Brigada Negotrópica quienes inmediatamente sacan sus brochas y pinturas para transformar el muro de una esquina que ahora levanta miradas y curiosidad en transeúntes. Incluso la experiencia les ha generado conversaciones, ofertas de trabajo y hasta caldo de cardán que la dueña de la esquina invita a los artistas para motivarlos a seguir pintando.Es, justamente, por este tipo de interacción con los vecinos y gente aledaña que la BAU toma forma, pues le interesa compartir la visión de que el barrio puede reconfigurarse sobre una base de cultura para el desarrollo social, y porque no, también para verse bonito. Este dialogo entre artista y ciudad que se ha ido dando, se ha expandido cada vez más, ahora más puertas se están abriendo y hay más vecinos dispuestos a ofrecer sus paredes y espacios para ser transformados por estos artistas. El barrio entero se implica en la BAU y en el Paseo de las Artes, ese circuito que abarca desde la Parroquia Pio X hasta la plaza Corazonistas.
Si bien la Bienal se inaugura en pocos días (del 23 de septiembre al 8 de octubre), el trabajo y su aporte continuará mucho más allá. No sólo siguen llegando más artistas a intervenir un muro o una calle, sino que más gente se va sumando a éste primer gran fruto de la labor progresiva y colaborativa entre vecinos y el equipo del proyecto mARTadero. Esta ardua labor ha despertado el interés y el seguimiento de medios internacionales, conscientes de que la BAU será una catapulta de procesos de desarrollo y cambio social. Para esto es necesario seguir impulsando y fomentado el arte a través de la participación e inclusión.
+ info: bau.martadero.org
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