Página Siete.- En medio de la continua caída de la producción de gas y líquidos además de menos disponibilidad de divisas, en enero de este año el país importó gasolina y diésel por un valor de 11,6 millones de dólares por día, un aumento de más de 200% respecto a 2022, según revelan los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Las cifras oficiales dan cuenta que en enero del año pasado las compras del exterior de combustible y lubricantes llegaron a 119 millones de dólares, mientras que este año en el primer mes alcanzaron un valor de 361,5 millones de dólares, es decir 203,8% más.
Las exportaciones de gas natural en enero llegaron a 202,5 millones de dólares, es decir que en la balanza energética tuvo un déficit de 159 millones de dólares.
Los datos oficiales de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), y procesados por el Centro Departamental de Monitoreo y Fiscalización en Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, revelan que en diciembre de 2022 la producción de gas natural fue de 39,2 MMmcd, en enero de 38,6 MMmcd y en febrero de 37,9 MMmcd.
La producción de hidrocarburos líquidos en diciembre llegó a 34.430 barriles día, en enero bajó a 33.940 barriles y en febrero a 33.230 barriles.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, explicó la semana pasada -en medios televisivos- que la solución al problema pasa por la política de sustitución de importaciones.
Señaló que para este año en noviembre se espera poner en arca el funcionamiento de la primera planta de biodiésel (FAME) que permitirá un ahorro de 100 millones de dólares en la importación de combustibles. Para 2024 se instalará una segunda planta y en 2025 una tercera planta HVO que reducirán las compras externas en un 43 a 44%.
Además, la autoridad sostuvo que con la mezcla de gasolina con etanol el año pasado se logró un ahorro de 150 millones de dólares en importaciones.
Proyectó que este año el ahorro será de 290 a 300 millones de dólares con la compra de 200 millones de litros de etanol.
En los últimos seis años el costo de la subvención a los carburantes creció en una proporción de 7,4 veces, mientras que la importación de gasolina y diésel se disparó por 19 veces desde 2006 hasta 2022. Esta situación es una de las causas de la salida de divisas y la caída de las Reservas Internacionales netas (RIN).
Según datos de YPFB, en 2016 el costo de subsidio a la gasolina y el diésel era de 1.424 millones de bolivianos (204,5 millones de dólares).
El presidente de la estatal, Armin Dorgathen, informó el pasado 23 de febrero que la subvención al diésel en 2022 llegó a 1.163 millones de dólares y a la gasolina 550 millones de dólares, es decir 1.713 millones de dólares como costo total. Es decir, un aumento de 740% en seis años.
Las mayores compras externas y subvención tienen que ver con la caída de la producción de gas y líquidos, mayor demanda de combustibles, el alza del precio internacional y costos logísticos, particularmente en 2022 a raíz de la guerra en Ucrania.
Las importaciones de combustibles pasaron de un valor de 228 millones de dólares en 2006 a 4.365 millones de dólares en 2022, es decir 1.814,6% más, de acuerdo con datos del INE y el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) al 8 de febrero se situaron en 3.538 millones de dólares. En 2014 sumaban más de 15 mil millones de dólares.
Las reservas en divisas se encuentran en un nivel de 372 millones de dólares, las reservas de oro en 2.592 millones de dólares, los Derechos Especiales de Giro (DEG) 538 millones de dólares y la posición con el Fondo Monetario Internacional (FMI) 35 millones de dólares, según el reporte del BCB. Sin embargo, el Gobierno informó que para dar liquidez a las RIN se hicieron operaciones con los DEG, por lo que ese valor se presume bajó.
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