La alcaldesa Carla Lorena Pinto luego de comulgar, decidió irse de la misa, ayer en Quillacollo.
La misa de Corpus Christi fue celebrada delante de la puerta principal del templo de San Ildefonso de Quillacollo y tuvo una masiva concurrencia. Un incidente que se convirtió en una protesta generalizada entre los fieles católicos fue la rápida salida de la alcaldesa interina Lorena Pinto, quien aprovechando que los sacerdotes daban la Eucaristía, subió la escalinata hasta llegar al templo y prácticamente huyó por la puerta lateral de la iglesia.
Varios periodistas quisieron entrevistarla al salir pero ella no quiso detenerse hasta llegar a la camioneta donde la esperaba su equipo para dirigirse hacia Cochabamba. Un allegado a Pinto explicó que cuidaron la seguridad de la autoridad porque habían rumores de que los simpatizantes de Cartagena planeaban arrojarle tomates al concluir la misa para mostrar su rechazo a su gestión. Hubo protestas por su actitud. OPINIÓN intentó conversar anoche con ella, vía teléfonica, pero su asistente dijo que no podía atender la llamada.
La presidenta del Comité Cívico de Quillacollo, Julieta Álvarez, dijo que los católicos se sintieron ofendidos por la huida de Pinto en plena Eucaristía. "Era el momento más importante de la misa y ella, delante de todo el pueblo creyente, se levantó y se fue mostrando una total falta de respeto hacia la Eucaristía, desconocemos las amenazas de tomatazos y ella debía respetar la fe de los demás", sostuvo.
Álvarez dijo que Quillacollo continúa en emergencia "y la gente sólo está esperando el primer pitazo para ponerse de pie y defender su voto, porque no permitirá que una impostora esté al frente de la Alcaldía sin haber sido elegida".
Recordó que el 2 de junio la jueza Sonia Zabala devolvió obrados del proceso contra Héctor Cartagena al Ministerio Público, lo que significa que queda sin efecto la acusación formal realizada y que no existe impedimento para que asuma sus funciones como alcalde.
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