Basta caminar por la plaza 14 de Septiembre en la noche (desde las 21:00 horas) para comprobar que los pobres, quienes no tienen una vivienda son los que más sufren en invierno. En la ciudad las temperaturas ya bajaron hasta cuatro grados y el frío es intenso.
Si bien es cierto que la mayoría de personas que duermen en la calle son indigentes, no dejan de ser seres humanos que necesitan descansar en mejores condiciones.
Esos hombres, mujeres e incluso niños que no tienen un hogar, duermen en la vía pública.
Los niños son los más afectados, ya que tienen que dormir con sus padres en esas condiciones.
Todas las noches buscan un lugar para dormir, sacan sus bolsas plásticas, las estiran y se echan sobre ellas. Los más afortunados consiguen cartones en los contenedores de basura para preparar su cama.
La mayoría no tiene frazadas para taparse, se cubren con papeles, cartones y plásticos.
No es extraño ver a jóvenes que duermen sobre las bancas sin abrigo.
PREFERIDOS Los lugares preferidos son los cajeros automáticos, porque duermen protegidos, aunque incómodos por el reducido espacio. Ahí sólo descansa una persona.
También son disputados los espacios que hay entre los kioskos y algunas bancas de la Plaza.
AYUDA En años pasados la Alcaldía y Prefectura (Gobernación) habilitaron albergues (el más grande está en los alrededores de la laguna Alalay) para que duerman los pobres. Les ofrecían una cama, cena y desayuno. Por ahora no se conoce si destinarán un presupuesto para atender a ese grupo. Hasta el momento las nuevas autoridades no se han pronunciado. Mientras tanto no cambia la situación para ellos.
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