Ejecutivos de la Empresa Misicuni y la supervisora del proyecto, el Consorcio Engevix CAEM, refutaron ayer los informes de ingenieros de la empresa que ejecuta la segunda fase del proyecto, que afirman que tras los trabajos de perforación no fue posible encontrar roca sólida, lo que pone en riesgo el proyecto. Calificaron de “falsas e irresponsables” las publicaciones de Los Tiempos del domingo y lunes sobre el tema.
La Empresa Misicuni y la supervisora ratificaron que la construcción de la represa de 120 metros está garantizada.
Sobre el hallazgo de roca fragmentada y no sólida en las excavaciones realizadas en la base de la presa, el inspector de la Supervisora, Marco Claure, dijo que esa característica geológica está previsto en los estudios a diseño final, que tienen el aval de las entidades que financian el proyecto.
En su criterio, afirmar que las obras se paralizaron por la inexistencia de roca sólida en la base de la presa es “absolutamente falso, porque en el único sector que necesita tener roca –y no necesariamente de primera calidad– es el sector del plinto; el resto se apoya sobre, incluso, suelo. Ésa es una atribución que la toma la supervisión el momento que empiecen las excavaciones”.
Afirmó que cuando se encuentra roca fracturada, lo que corresponde es regularizar esa roca, hacer los tratamientos que sean necesarios para estabilizar la misma, según establece el mismo proyecto a diseño final, que para este caso prevé una inversión de 3,6 millones de dólares para estabilizar esas zona y garantizar estanqueidad en el sector del plinto.
Una vez que se regularicen las rocas fragmentadas mediante tratamientos especiales (inyecciones a presión y huecos de drenaje), dijo que es absurdo decir que no habrá capacidad de soportar ese tamaño de presa y la cantidad de agua que se proyecta embalsar.
Por su parte, Ramiro Saniz, presidente de la Empresa Misicuni, señaló que “decir que un proyecto está en duda porque alguien, no sabemos quién, les dijo, es un absurdo y eso no podemos permitir”.
Al respecto, Los Tiempos publicó este lunes que dos ingenieros del consorcio Hidroeléctrico Misicuni (empresa ejecutora) aseguraron que “ese terreno no es apto para construir una presa que pesará más de tres millones de toneladas”, pero que el problema no es insalvable si se “hace una modificación del proyecto con un sistema de inyección de cemento sobre las rocas, con un costo de 50 millones de dólares”.
El presidente de la Empresa Misicuni indicó que la información geológica sobre la presencia de roca fracturada y su tratamiento fue asumida durante el proceso del diseño de la represa y cuenta con la validación de varias consultoras.
Explicó que desde septiembre del año pasado, cuando se iniciaron las obras de la prensa de Misicuni, éstas alcanzaron un avance del 5 por ciento, con un retrazo del 1 por ciento hasta el día de paralización de obras; mientras que la ejecución presupuestaria prevista hasta un 6 por ciento sufrió un desfase del 2 por ciento.
Por el incumplimiento del contrato, suspenden obras
La suspensión de las obras se debe a la ausencia de personal técnico altamente calificado del Consorcio Hidroeléctrico Misicuni en las obras y no precisamente a la localización de roca fragmentada en la base de la presa, informaron ayer ejecutivos de las empresas Misicuni y Engevix CAEM. De acuerdo al organigrama del contrato, un total de cinco profesionales debían estar en obra, pero en el momento de la suspensión sólo había uno.
“Antes de suspender las obras, se ha cumplido con los procedimientos. Hemos alertado y solicitado el cumplimiento del contrato; pero, lamentablemente, el consorcio no ha cumplido con este requisito y por responsabilidad técnica para con la obra hemos recomendado la paralización de la obra a partir del 9 de junio”, sostuvo el representante del consorcio Engevix CAEM, Marco Claure.
Hasta fin de mes, la Empresa Misicuni espera que el Consorcio Hidroeléctrico le remita las ternas de todos los profesionales aspirantes, de los cuales cuatro serán aprobados para hacerse cargo de implementar el proyecto, junto al Superintendente de Obras, según establece el documento base de contratación.
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