El presidente Morales ha dado por terminada la confrontación y ha llamado a una integración nacional ¿Cree usted que es posible y sobre que bases debería darse este acercamiento?
René Martinez (RN).- Es posible. El indiscutible liderazgo y la solvencia moral de nuestro presidente, el hermano Evo Morales, garantiza el llamado a un trabajo conjunto entre nuestro gobierno y las diversas instancias autonómicas subnacionales. Después de la mayor conflictividad política que hemos vivido en algunas capitales, alguna de ellas con lamentables consecuencias (Sucre, Cobija, Santa Cruz) es saludable hacer una nueva lectura de la actual coyuntura, en especial en las regiones caracterizadas por una postura extremadamente opositora, y acudir al llamado del compañero presidente. Es, sin duda en mi criterio, el deseo del colectivo mayoritario de bolivianas y bolivianos.
Es urgente aclarar que nunca estuvimos encontra de Santa Cruz, mucho menos reconociendo y valorando la capacidad productiva del departamento, la fuerza y empuje de sus habitantes, su gran influencia económica y su preponderante papel como crisol de nuestra bolivianidad.
Muy distinto, y hay urgente necesidad de diferenciarlo, es el comportamiento de la minoría derechista retrograda y residual que lamentablemente, había logrado refugiarse en las entidades cívicas y oras instituciones desde las cuales, en contra ruta con la historia y el proceso de cambio y con un fuerte sentimiento antipatriota, se dedicaron a planificar la subversión en contra del gobierno más votado de las últimos lustros en Bolivia. Por eso reiteramos que jamás estuvimos ni estaremos en contra del pueblo cruceño, somos antagónicos a esa minoría oligárquica, racista y separatista.
¿Esto implicaría dejar las investigaciones del ministerio público sobre el caso de terrorismo separatista o la masacre de Pando?
RN.- Vivimos en un Estado de derecho enmarcado en leyes e instituciones. Dentro de éstas, una tuición central del Estado es la administración de justicia, representada, para estos casos por el Ministerio Público. Esto supone que cuando conocemos delitos perpetrados, nuestra institucionalidad está legítimamente obligada a reaccionar mediante la apertura de procesos judiciales, mucho más si estos quebrantamientos de la ley atentan contra el conjunto de la sociedad, como en el caso de masacres y hechos terroristas con fines de desarticulación estatal y separatismo. Estos temas, por su naturaleza, están en el ámbito de la justicia ordinaria, sujetos a un procedimiento establecido con anterioridad. No estamos inventando nada, no hay que perder de vista que estos hechos atentaron contra los derechos humanos universales, la seguridad del Estado, nuestra soberanía e integridad territorial boliviana.
Los procesos abiertos son de estricta competencia de la justicia ordinaria, será esta quien, en el marco del debido proceso, nos muestre la inocencia o culpabilidad de quienes hoy están sindicados y demandados.
Los responsables de estas acciones, no son ni representan al pueblo cruceño, al pueblo pandino. No expresan el sentimiento boliviano. Tratar de fusionar su accionar artero con las identidades de nuestros pueblos en una acción canalla e inadmisible. No se puede negociar la justicia ¿Dónde quedaría el derecho de las víctimas?
¿Cuál cree que será el discurso del gobierno respecto a lo que ellos llamaban la “oligarquía separatista”? ¿Cree que el gobierno seguirá usando este término?
RN.- En principio, hacer constar la enorme diferencia entre el término “discurso” y sus conceptos y hechos basados en acciones materiales.
En estos casos concretos hubo hechos que desde la asistencia de indicios construyeron pruebas en cada uno de los casos, se cometieron delitos. Se identificó, de manera concreta, una minoría derechista y osada que perpetró acciones terroristas para, entre otras cosas, no perder privilegios, privilegios que, en la mayoría de los casos, les había dado el viejo Estado colonial. El separatismo no fue una ficción inventada por el Gobierno, fue una amenaza clara en contra del país.
¿Cree que el movimiento indígena campesino estará dispuesto a reconciliarse con lo que llamó “la derecha”?
RN.- La emergencia de los pueblos deviene de una larga lucha. Primero se batalló contra la corona, luego se interpela al Estado Republicano colonial, elitista, racista y excluyente.
El Estado Plurinacional, con el concurso de todos, será la respuesta a estas fracturas históricas de los pueblos indígenas y de Bolivia toda.Nunca más se admitirá ciudadanos de segunda, sometimiento ni opresión.
Debemos serconscientes de que quienes deben cambiar de comportamiento y aceptar el proceso de transformaciones profundas del país son los grupos minoritarios de poder. La reconciliación vendrá, el reencuentro ha comenzado. Bolivianos, originarios y no originarios, indígenas, campesinos, mestizos... todos debemos respetar nuestras diferentes visiones y cosmovisiones. Esto, sin embargo, será posible en el marco de la horizontalidad, el acortamiento de las hondas brechas que nos separan, con la ruptura de los privilegios odiosos.
El desafío mayor esque la derecha haga una lectura racional de la derrota política que le dio la voluntad del pueblo, vale decir, no esperemos que esa minoría siga leyendo la realidad nacional desde su mezquino interés. Ni el color ni el apellido nos configuran a ser pongos o amos, capataces o sirvientes. La nueva Bolivia, unida bajo la tricolor respeta y se enorgullece por igual de la kantuta, de la whipala y el patujú.
¿Cree que la oposición regional de las gobernaciones de Santa Cruz, Beni y Tarija estará dispuesta a reconciliarse con un gobierno al que acusó de ser “autoritario”?
RN.- Si, porque la realidad lo obliga, la población lo demanda. La gente ahora quiere gestión, y ésta no se podrá hacer en el municipio ni en el departamento sin consenso, sin coordinación y reconciliación. El interés del pueblo está primero. Todos debemos marchar juntos respetando nuestra diversidad de visiones culturales.
¿Cómo cree que afectará esta reconciliación a políticas gubernamentales como las referidas a acabar con el latifundio o las nacionalizaciones?
RN.- No afectará. El anterior modelo fue improductivo. Hoy las regiones administran sus recursos, el Estado tiene por primera vez en décadas superávit y grandes reservas internacionales. Las políticas gubernamentales en temas centrales como la propiedad de los recursos y la tierra han demostrado ser exitosas, hay mucho por avanzar aún, pero es evidente que no se debe retroceder, que nadie quiere hacerlo.
Todas las organizaciones internacionales de financiamiento que no condicen con nuestro gobierno hoy reconocen la salud económica de nuestro país.
¿Esta integración implicaría que el presidente Morales tenga que dejar de lado su discurso antiimperialista y anticapitalista?
RN.- Otra vez, hay mucho más allá del discurso. El presidente Morales es parte de una generación de líderes que cuestiona el sistema actual, un sistema asesino que tambalea. Él mismo encarna un sentimiento de lucha a favor por la vida, por la madre tierra. El modelo capitalista de sometimiento sobrevive gracias al empobrecimiento y sacrificio de las mayorías para el enriquecimiento de unos pocos.
Ya no somos colonia yanqui por las mismas razones que un día dejamos de ser colonia española. El desafío es encontrar vías a ese capitalismo salvaje, demoledor. Nuestro objetivo es el “vivir bien”, en armonía con la naturaleza y los pueblos. El camino es largo, pero me permito suscribir las palabras del hermano presidente Evo el 6 de agosto: Vamos bien.
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