Medio mes se ha sacrificado Potosí para lograr que algunos reclamos puntuales sean atendidos por el Gobierno central. Un ejemplo de lucha y de unión que, en los últimos días, sin embargo ya se debilitaba.
Ahora se dialoga, se negocia, y quizás saldrá-humo-blanco de la reunión en Sucre. El casi literal puente de plata que pudo construirse desde las minas potosinas en el Cerro Rico hasta España, es una metáfora que no sólo ilustra la riqueza que tenía tal yacimiento, sino el saqueo inmisericorde de un país (un reino) colonizador. Los siglos que han pasado no "prescriben" tal deuda, pues la pequeña historia de los hombres no es nada ante la historia de los países. Hoy una de las demandas es mantener la forma cónica de esta montaña, lo que no deja sorprender. Si llegara a cambiar de forma, a un cono trunco, por ejemplo, se lo deberá al famoso puente. Y, debemos decirlo, carece de importancia la geometría de este cerro ante la vieja deuda colonial. Otras demandas al Gobierno de La Paz se exacerban en momentos que se ha establecido el sistema autonómico en la administración del Estado. Muchas de las exigencias son competencia de su Gobernación y de éste luchar por las regalías y presupuestos. La principal parece ser la propiedad de un enorme yacimiento de caliza en Potosí para una fábrica de cemento en Oruro. Esto lo resuelve o la Asamblea Legislativa o un referendo municipal, según las normas en vigencia. Pero, la protesta que unió a ricos y pobres, a oficialistas y opositores, fue un ejemplo de la unión de Potosí, agotado por la larga injusticia desde que esta ciudad opacaba por su esplendor a Londres y París, en el siglo XVI. La exacerbación de los ánimos llegó a extremos que ni la Santa Cruz de las luchas por las autonomías se animó a cruzar: un lema de la protesta fue la federalización del departamento y hasta un "Estado federal" potosino. En otras palabras, su independencia o su anexión a Chile (se les vio enarbolando algunas banderas de ese país". Sin embargo, lo que más llama la atención es la ausencia de puntos que sí son de política nacional como el agua del Silala, en que hay una cierta condescendencia con el actual estado de cosas. Y la explotación de litio con contratos claros y beneficiosos para la región.
Nota : Opinion |
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