Un estudio realizado por la Alcaldía de la ciudad de La Paz permite establecer que cada habitante de la urbe genera, en promedio, más de medio kilo de basura por día, lo que representa un peligro ambiental. Por esta razón ya se asumen medidas para reducir la cantidad de residuos que van al Relleno Sanitario de Alpacoma.
Luis Vega, jefe de supervisión de Calidad Ambiental del Sistema de Regulación y Supervisión Municipal (Siremu), reveló que el crecimiento poblacional en la ciudad de La Paz ha ocasionado en los últimos meses un incremento de la generación de residuos sólidos, aunque eso estaba previsto.
“Las personas que tienen más ingresos económicos generan entre 0,6 a 0,7 kilogramos por habitante, en cambio las de menos ingresos producen 0,4 e incluso un poco menos de basura, por lo que el promedio general alcanza a más de medio kilo”, explicó.
La autoridad dijo que esto implica que a medida que transcurra el tiempo La Paz va a generar una mayor cantidad de residuos sólidos, lo cual provocará que a la larga se tenga que incrementar la cantidad de áreas o rellenos sanitarios para su disposición final.
“Analizando este problema, la Alcaldía está adoptando algunas medidas para implementar lo que se denomina las tres eres, es decir, reducción, reutilización y reciclaje, mediante proyectos de separación diferenciada”, señaló.
Vega agregó que con la puesta en marcha de estos proyectos piloto los vecinos tienen que separar la basura inorgánica (papel, cartón, plástico, vidrio, metales) de los residuos orgánicos (restos de alimentos) con la finalidad de que los primeros vayan a formar parte de la cadena de reciclaje y se conviertan en materia prima para otros usos.
Los proyectos piloto se realizan en Mallasa, Mallasilla, Amor de Dios, Jupapina e Isla Verde. También en Irpavi I y II, Bolognia y Aruntaya, además de la zona de Sopocachi, donde se ha creado una empresa que se encarga de recolectar de forma diferenciada los residuos inorgánicos.
“Buscamos que estos residuos inorgánicos no vayan a parar al Relleno Sanitario de Alpacoma, lo que traerá algunos beneficios, pues se logrará incrementar el tiempo de su vida útil y no se generará un problema ambiental en el futuro”, dijo.
La autoridad explicó que si se realiza la separación, los residuos orgánicos que sean depositados en el relleno sanitario en sólo tres meses se convertirán en abono para que se puedan habilitar áreas verdes. Pero en caso contrario se debe esperar al menos 20 años e incluso más.
“Si metemos toda la basura mezclada (orgánica y no orgánica) se debe tomar en cuenta que hay residuos como el plástico que tardan 100 años en descomponerse, dependiendo de su espesor y color, pero luego se debe hacer el control de gases y lixiviados durante un periodo también de varios años”, explicó.
Como ejemplo citó que el rellenó sanitario de Mallasa fue cerrado el año 2004 y a la fecha han transcurrido seis años sin que ingresen residuos sólidos, pero el control de gases y líquidos continúa, precisamente por el hecho de que cuando ese sitio estaba en plena actividad se mezclaron los residuos orgánicas e inorgánicos.
“Entonces tenemos que poner todos de nuestra parte para mejorar la calidad de vida y el medio ambiente en la ciudad de La Paz”, dijo Vega, y agregó que se debe tratar de que lo mínimo posible vaya destinado a los rellenos y se aproveche la mayor parte en el reciclaje.
Luis Vega, jefe de supervisión de Calidad Ambiental del Sistema de Regulación y Supervisión Municipal (Siremu), reveló que el crecimiento poblacional en la ciudad de La Paz ha ocasionado en los últimos meses un incremento de la generación de residuos sólidos, aunque eso estaba previsto.
“Las personas que tienen más ingresos económicos generan entre 0,6 a 0,7 kilogramos por habitante, en cambio las de menos ingresos producen 0,4 e incluso un poco menos de basura, por lo que el promedio general alcanza a más de medio kilo”, explicó.
La autoridad dijo que esto implica que a medida que transcurra el tiempo La Paz va a generar una mayor cantidad de residuos sólidos, lo cual provocará que a la larga se tenga que incrementar la cantidad de áreas o rellenos sanitarios para su disposición final.
“Analizando este problema, la Alcaldía está adoptando algunas medidas para implementar lo que se denomina las tres eres, es decir, reducción, reutilización y reciclaje, mediante proyectos de separación diferenciada”, señaló.
Vega agregó que con la puesta en marcha de estos proyectos piloto los vecinos tienen que separar la basura inorgánica (papel, cartón, plástico, vidrio, metales) de los residuos orgánicos (restos de alimentos) con la finalidad de que los primeros vayan a formar parte de la cadena de reciclaje y se conviertan en materia prima para otros usos.
Los proyectos piloto se realizan en Mallasa, Mallasilla, Amor de Dios, Jupapina e Isla Verde. También en Irpavi I y II, Bolognia y Aruntaya, además de la zona de Sopocachi, donde se ha creado una empresa que se encarga de recolectar de forma diferenciada los residuos inorgánicos.
“Buscamos que estos residuos inorgánicos no vayan a parar al Relleno Sanitario de Alpacoma, lo que traerá algunos beneficios, pues se logrará incrementar el tiempo de su vida útil y no se generará un problema ambiental en el futuro”, dijo.
La autoridad explicó que si se realiza la separación, los residuos orgánicos que sean depositados en el relleno sanitario en sólo tres meses se convertirán en abono para que se puedan habilitar áreas verdes. Pero en caso contrario se debe esperar al menos 20 años e incluso más.
“Si metemos toda la basura mezclada (orgánica y no orgánica) se debe tomar en cuenta que hay residuos como el plástico que tardan 100 años en descomponerse, dependiendo de su espesor y color, pero luego se debe hacer el control de gases y lixiviados durante un periodo también de varios años”, explicó.
Como ejemplo citó que el rellenó sanitario de Mallasa fue cerrado el año 2004 y a la fecha han transcurrido seis años sin que ingresen residuos sólidos, pero el control de gases y líquidos continúa, precisamente por el hecho de que cuando ese sitio estaba en plena actividad se mezclaron los residuos orgánicas e inorgánicos.
“Entonces tenemos que poner todos de nuestra parte para mejorar la calidad de vida y el medio ambiente en la ciudad de La Paz”, dijo Vega, y agregó que se debe tratar de que lo mínimo posible vaya destinado a los rellenos y se aproveche la mayor parte en el reciclaje.
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