¿Qué nos pasó?

Según un mapa denominado llanos del Kandire, publicado en la página 33 del libro de Álvaro Jordán, llamado KANDIRE (origen y evolución del llano boliviano), este llano cubría más de tres cuartos de la superficie total de Bolivia y se prolonga más allá de sus fronteras. 

De Kandire podemos referirnos a la tierra sin mal, tierra de gente buena, tierra del amor y la felicidad, tierra de la abundancia. Esa tierra que fue buscada por la bravía raza guaranítica como sustento para poder sobrevivir ante la inclemencia de la naturaleza que los azotaba sin contemplación en el siglo IX.
De estos pueblos amantes de su libertad tenemos los primeros enfrentamientos de la Chiriguanía con el Tawantinsuyu alrededor del 1430 al 1471 y posterior consolidación de los guaraníes con los chanés, luego de eliminar al Gran Grigotá al rededor de 1518 al 1521, luego de la alianza y amistad entre Grigotá y el inca Waina Kápaj a través de Wankané.
Nuestra historia también ha estado envuelta en acercamientos, acuerdos y luchas con los que vivían en las montañas, no tenemos la menor de las dudas, solo que valientes oriundos fueron capaz de hacer respetar su cultura, su tradición, su cosmovisión del mundo que los rodeaba.
Y ahora andamos enfrascados en poses líricas de neófitos aprendices de la política y amantes del fracaso en lo cultural por ser individuos exclusivistas y formadores de grupos dominantes bajo un supuesto pedigrí mestizo intercambiado con fortunas económicas, con los que pretenden embanderar la lucha de todos por la apariencia reivindicativa de unos cuantos. 
Y por eso, no somos capaz ni siquiera de tener una imprenta municipal o de la gobernación, para que nuestros historiadores publiquen nuestra verdadera historia, para que nuestros pensadores expongan sus ideas, para que nuestra niñez y juventud pueda adquirir esos libros a bajo costo, porque estamos quedando sin pasado y vamos a creer que nuestro presente y futuro es como nos lo pintan desde el occidente.  
Y así queremos que a través de un Decreto, Ordenanza o pedido embanderemos nuestras casas, ¿para demostrar qué?, que podemos invertir en jolgorios, en serenatas, en bailes donde todos aparecemos como indios, donde lo declaremos hijo predilecto al Presidente Morales, con discursos engañifles ¡como queriendo que les creamos en su postura de exigir respeto al pueblo cruceño!
Respeto vamos a tener cuando seamos capaces de responder al avasallamiento intencionado del Gobierno y sus leídos a, nuestra cultura, porque para muestra un botón: la imprenta Producciones Américas ubicada en Pampahasi Bajo C/9 Nº 152 imprimió un folleto titulado “Las 36 Etnias de Bolivia”, en la cual explica las características culturales, organización social, actividad económica, vías de acceso, ubicación, población... pero, nos trae una sorpresa.
Y no son los datos de las étnias, sino el mapa del final del folleto, donde el grupo étnico al que pertenece el señor Presidente Evo Morales Ayma, es decir la étnia aymara está ubicada en la zona de Ichilo e incluso en la Chiquitanía y Guarayo.
No negamos la presencia de ellos hoy en día, pero no son originarios de esa zona, son vivientes como cualquier otro ciudadano y no por ello lo van a tomar como un territorio propio o exclusivo de un grupo. Si ahora seguimos adormecidos y dejamos que todo lo que nos viene de allá sea tomado como verdad, a muy corto tiempo ante la inoperancia de nuestras autoridades, los idiomas guaraní, bésiro, guarayu y el ayoreode, serán parte de lenguas extintas, porque habrán dos en el oriente; el quechua y el aymara, peor cuando miles de profesores son reclutados en el occidente para continuar su arremetida en el oriente y terminar con la bravía raza chiriguana.
¿O vamos a ser tan contemplativos como lo somos con nuestro escudo, el cual se allá disfrazado de hojas?
*Lic. en Ciencias de la Comunicación Social
5to año de Derecho.

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