Ma. Cecilia Chacón R. (La Epoca)
Naciones Unidas en el marco del 52 periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes adopta una Declaración Política y Plan de Acción sobre cooperación internacional en favor de una estrategia integral y equilibrada para contrarrestar el problema mundial de las drogas que supera ampliamente el enfoque reduccionista que veía el problema mundial de las drogas1 como una cuestión sólo de lucha contra el narcotráfico, las Naciones Unidas ha optado por aplicar un enfoque integral al mismo, el cual permite enfrentar bajo el principio de responsabilidad compartida y diferenciada todo el complejo circuito de la oferta, la comercialización y la demanda de drogas.
Esta definición dentro de su alcance deja implícita la existencia de cultivos, producción, comercialización, demanda y consumo de dichas sustancias con fines lícitos, imponiendo mayor flexibilidad a la política y plan de acción.
Ante el fracaso de la estrategia interdictiva se hace más evidente la necesidad de brindar mayor atención a la cuestión de la salud pública2 y mayor asistencia para el desarrollo a fin de garantizar el bienestar de la población a través del replanteamiento de políticas, estrategias y acciones hasta la reconfiguración y funcionamiento de diversas instituciones e instrumentos legales3 en función de una visión multidimensional y un enfoque integrado e integral que considere las particularidades locales.
En el ámbito regional también se han experimentado estos avances en el diseño de la Estrategia Hemisférica y en el plan de acción que todavía se discute; no obstante los cambios fueron mermados debido a que en este escenario el peso específico de algunos países y sus intereses particulares cobran mayor dimensión; mientras que en la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR) los países miembros han mostrado mayor sintonía con el enfoque integral y balanceado planteado en Naciones Unidas, y han dado un paso trascendental con el diseño de una institucionalidad acorde a este fin, tal es el caso del Consejo Suramericano sobre el Problema Mundial de las Drogas cuyo estatuto se aprobó en mayo de este año durante la Cumbre de los Cardales. Existe bastante expectativa entorno al Plan de Acción del Consejo, pues no sólo promete impulsar la sinergia de esfuerzos y la cooperación bilateral y multilateral, sino también tiene grandes posibilidades de constituirse una instancia independiente de evaluación multilateral4 de la efectividad de las políticas y acciones nacionales en la materia.
En ese sentido las naciones unidas y la comunidad internacional todavía tienen el desafío de construir nuevas instituciones y adecuar sus convenios y otras disposiciones internacionales a los nuevos lineamientos de la política mundial que se trazan entorno a un enfoque integral y balanceado del problema.
El problema en Bolivia
De acuerdo a los reportes internacionales Bolivia es uno de los países productores de hoja de coca, ocupando el tercer lugar en superficie cultivada de hoja de coca a nivel mundial, después de Perú y Colombia.
Siguiendo el enfoque de la definición del problema mundial de las drogas ésta característica ubica a Bolivia, sobretodo dentro del circuito del cultivo, producción y más recientemente, en función de los altos índices de secuestro de droga procedente de Perú y Colombia, también como país de tránsito en el proceso de comercialización de drogas con fines ilícitos, lo que acentúa la importancia de fortalecer las capacidades en interdicción y prevención particularmente en las fronteras del territorio nacional.
La formula: a mayor cultivo, mayor producción, mayor potencial de producción de cocaína, entonces mayor narcotráfico es la que marca la percepción general en cuanto a la evaluación de la eficacia de las política y estrategia de lucha contra el narcotráfico, asumiendo como respuesta al problema: la reducción o erradicación de cultivos; pero el problema es que mientras se dirigen los esfuerzos a este propósito dando cumplimiento a las metas nacionales y compromisos internacionales, resulta que la incautación de droga se incrementa. Además si se ven en detalle las cifras se puede apreciar que no existe relación proporcional entre incremento de cultivos e incautaciones tanto de pasta base o cocaína ni de los precursores necesarios para el proceso de elaboración.
No se trata de minimizar la importancia del control de los cultivos; sino, más bien, de incorporar variables nuevas al análisis que nos permitan entender mejor el problema; por ejemplo la relación entre superficie cultivada, productividad, potencial de producción de cocaína o el origen y forma de obtención de los datos que figuran en los informes internacionales, que a su vez constituyen la base para la formulación y reformulación de las políticas, estrategias y acciones que emprende el gobierno, la cooperación y la comunidad internacional. La revisión de algunas cifras ilustrará mejor esto.
Entre 2006 y 2007 Colombia registró un crecimiento del 27% y Bolivia registró en el mismo periodo un incremento del 5%. En base a estas cifras, en septiembre de 2008 el Gobierno de Estados Unidos “descertificó” a Bolivia. Entre 2007 y 2008 el incremento fue de un 6%.
A partir de entonces Bolivia ha sido descertificada los siguientes dos años por el gobierno de Estados Unidos que ha alegado que el gobierno “falló de manera demostrable” en cumplir con sus obligaciones establecidas en las convenciones internacionales antinarcóticos5, a saber según el informe si bien se cumplió el compromiso de erradicación de 5000 Ha. Anuales esta cifra no resulta en una reducción neta de los cultivos; sin embargo si revisamos los datos que consigna el propio reporte mundial de Drogas de Naciones Unidas (ver tabla) podemos apreciar con extrañeza que las cifras de reducción de cultivos reportadas anualmente por Colombia, hasta triplican la cifra reportada oficialmente como superficie total de cultivo, cómo es posible erradicar más de lo que se tiene? acá cabe resaltar que Colombia cuenta con un sistema de monitoreo de cultivos propio mientras que en Bolivia se depende del proyecto F 57 de la ONUDC para el monitoreo de cultivos en el país.
En el análisis de las cifras que presentan los informes oficiales destaca por su importancia más que la superficie cultivada, la productividad por hectárea (Ha.) que puede variar de acuerdo a la estación del año, los métodos de cultivo, el uso de agroquímicos y otros; así como el potencial de producción de cocaína, otro indicador importante, puede variar dependiendo de factores como la técnica e instrumentos aplicados en el proceso de producción.
Este polifacético problema además de estos aspectos, tiene en Bolivia el componente cultural y el consumo legal de la hoja de coca como una transversal11; lo cuál se refleja en el marco legal que por un lado es interdictivo: Ley 1008 y régimen de Sustancias controladas y por otro lado protege a la hoja de Coca: Art. 384 de la Constitución Política del Estado. El reconocimiento de esta realidad se ha materializado, en el D.S. 0649 de 29 de septiembre de este año, que concretiza la separación de las políticas en dos institucionalidades diferentes: el Consejo Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas (CONALTID) y el Consejo Nacional de Revalorización, Producción, Comercialización e Industrialización de la Hoja de Coca (CONCOCA). Esta decisión por primera vez separa de manera visible la política de lucha contra el narcotráfico y brinda mayor libertad a sus operadores, sin dejar de guardar una relación complementaria con la política de revalorización que requiere urgentemente descriminalizar el uso tradicional o con fines legales de la hoja de coca.
No se puede lograr políticas y acciones exitosas si se parte de premisas falsas, razón por la cuál ambas instancias, requerirán de información confiable para relanzar sus estrategias, sin embargo los datos más importantes todavía son inciertos y es preocupante la divergencia de información que se maneja entre los distintos informes que se elaboran, poniendo de manifiesto la ausencia de estudios y metodologías públicas que permitan determinar la validez de uno u otro dato y por supuesto la gran ausencia de una instancia nacional que recolecte y brinde información integral respecto al problema de las drogas y los cultivos de coca.
1. El cultivo, la producción, la fabricación, la venta, la demanda, el tráfico y la distribución ilícitos de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, incluidos los estimulantes de tipo anfetamínico, la desviación de precursores y actividades delictivas conexas. Declaración Política y Plan de Acción sobre cooperación internacional en favor de una estrategia integral y equilibrada para contrarrestar el problema mundial de las drogas adoptada en el 52 periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU.
2. Lo vienen haciendo varios países europeos y otros en la subregión que están aplicando medidas de despenalización del consumo como Brasil, México y Argentina.
3. La Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, enmendada por el Protocolo de 1972 (Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 976, Núm. 14152), el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971 (ibíd., vol. 1019, Núm. 14956) y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de 1988 (ibíd., vol. 1582, Núm. 27627).
4. Actualmente en el marco de las Naciones Unidas la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) es la instancia de fiscalización y evaluación de políticas y resultados; seguida a nivel regional por el Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM) de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), y el proceso de Certificación unilateral que lleva adelante Estados Unidos.
5. Informe 2010 de la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
6. Según el reporte de Junio de 2010 de la ONUDC esta cifra es una estimación a partir de un estudio realizado el 2005 en los Yungas y en base a cálculos sobre la producción en el Trópico. Por su parte el gobierno de Bolivia a través del Viceministerio de Defensa Social y financiado por la Unión Europea, impulsa un estudio de productividad media tanto en los Yungas como en el Trópico que tome en cuenta la estacionalidad de los cultivos en todo el país y permita contar con un coeficiente actualizado para el 2011.
7. Según el reporte de Junio de 2010 de la ONUDC esta cifra es una estimación a partir de un estudio realizado el 2005 en los Yungas y en base a cálculos sobre la producción en el Trópico. Por su parte el gobierno de Bolivia a través del Viceministerio de Defensa Social y financiado por la Unión Europea, impulsa un estudio de productividad media tanto en los Yungas como en el Trópico que tome en cuenta la estacionalidad de los cultivos en todo el país y permita contar con un coeficiente actualizado para el 2011.
8. No Determinado, la ONUDC ha informado que se están revisando los factores de conversión de hoja de coca a clorhidrato de cocaína.
0 Comentarios