LITERATURA El autor de El sueño del celta nombró dos veces a Bolivia durante su esperado discurso.
Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el colegio de La Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi 70 años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo 20 mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas. Así, con esa importante referencia a Bolivia, comenzó Mario Vargas Llosa su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura en la Academia sueca ayer. El documento de 13 páginas se titula “Elogio de la lectura y la ficción”. Literatura y ficción Vargas Llosa, además de elogiar a la lectura, consideró que la literatura hace “gozar, sufrir o sorprendernos” y nos une sin tener en cuenta “lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios”, según reporte de EFE. El literato, de 74 años, ensalzó la ficción hasta el punto que dijo es “una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo”. Tan importante es para este autor leer -un acto que “convierte el sueño en vida y la vida en sueño”- como escribir. “Sin las ficciones, el hombre sería menos consciente de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible, y del infierno en que ésta se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión”, aseguró Vargas Llosa en un discurso cargado de compromiso político. La gran sala de la Academia sueca reunió a la familia de Vargas Llosa y a más de un centenar de amigos que le acompañaban en un acto que se extendió durante una hora y que también pudo ser seguido por el público en una gran pantalla en el cercano Museo de la Fundación Nobel. Homenaje a su esposa-prima En su discurso rindió homenaje a su madre, a su abuelo Pedro y a su tío Lucho. Sin embargo, quien quebró la voz al literato, y provocó los aplausos de la sala, fue su esposa Patricia, “la prima de naricita respingada y carácter indomable” con la que, dijo, tuvo “la fortuna” de casarse hace 45 años y que “tan generosa” es que hasta cuando le riñe le hace el mejor de los elogios: “Mario, para lo único que tú sirves es para escribir”. Y su arte de fabular ha sido lo que le ha llevado a merecerse el preciado galardón, que el viernes recogerá de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia, y que recordó se debe a su “terquedad” y a “algo de suerte”, pero que se ha convertido en una “pasión” y “vicio”. Gracias a España y Francia Agradeció los secretos que le revelaron Flaubert, Faulkner, Cervantes, Dickens, Tolstoi, Thomas Mann o Sartre. “Si convocara en este discurso a todos los escritores a los que debo algo o mucho sus sombras nos sumirían en la oscuridad”, precisó. También agradeció la contribución de España, representada en este acto por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. En este país -cuya transición de la dictadura a la democracia ha sido, en opinión de Vargas Llosa, una de “las mejores historias de los tiempos modernos”- se publicaron todos sus libros y recibió, en su opinión, “reconocimientos exagerados”. El escritor hizo una mención especial para los editores Carlos Barral y Carmen Balcells -quien se desplazó hasta Estocolmo-, y quienes, recordó, se “desvivieron” porque sus historias tuvieran lectores. A Francia le atribuyó enseñanzas literarias “inolvidables”, pero también su descubrimiento de América Latina. “Allí descubrí Perú”, dijo el autor de La guerra del fin del mundo, que consideró que el hecho de vivir tiempo fuera de su país ha fortalecido más sus vínculos, “añadiéndoles una perspectiva más lúcida, y la nostalgia, que sabe diferenciar lo adjetivo y lo sustancial y mantiene reverberando los recuerdos”. El Vargas Llosa escritor, ensayista y dramaturgo también se pronunció en su discurso sobre su ideario político e invitó a defender la “democracia liberal”, que dijo, con todas sus limitaciones, sigue significando “el pluralismo, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder”. Previo un accidente Vargas Llosa, antes de leer su discurso, sufrió una pequeña caída, pero ya se encuentra “bien”, aseguró a EFE su esposa. La esposa del escritor peruano, Patricia, en conversación con EFE horas antes de la lectura de agradecimiento, explicó que “ahora ya está bien y pronunciará su discurso”, tras la caída sufrida después de que un fotógrafo le solicitara que hiciese una pirueta para tomar una instantánea.
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