Gobierno: ministros y parlamentarios en una reunión el mes pasado
La búsqueda de culpables por los problemas en la administración del Gobierno agrava las pugnas internas del Ejecutivo, donde se ha identificado dos corrientes de interés y de acción ideológica, según analistas. Los problemas económicos, que derivan en un alejamiento de las bases del Movimiento al Socialismo (MAS), son parte importante de dichos problemas.
El analista político Jorge Lazarte recordó que el partido de Gobierno nunca fue homogéneo, pero que ahora estas heterogeneidades se han entrelazado con conflictos de intereses que emergen de la búsqueda de poder.
“Los unos acusan a los otros de que las cosas no vayan bien”, dijo Lazarte.
Según Julio Alvarado, también analista, los partidarios de ambas corrientes “están buscando chivos expiatorios para ver quién ha fallado” en los casos que derivaron en conflictos, como el reciente gasolinazo. “El mayor problema que tiene el Gobierno es que no ha podido cumplir con las expectativas del pueblo boliviano, porque ahora la población le está reclamando alimentos”.
El 26 de enero, La Prensa publicó que se habían formado dos bloques en el seno del gabinete ministerial. Ambos grupos pugnan por imponer sus puntos de vista para llevar adelante las políticas gubernamentales.
En uno de los extremos se cuenta al canciller David Choquehuanca, representante de los indígenas anticapitalistas y comunitaristas. En el otro está el equipo económico, respaldado por una parte del conjunto responsable de la seguridad del Estado que responde a la línea del vicepresidente Álvaro García Linera, también indigenista, pero con un fuerte sustento marxista.
Según los analistas, también los problemas económicos han aportado a la aparición de fisuras, lo que no significa un quiebre interno en el Gobierno, pero que empeoran con el alejamiento y reproche de los sectores sociales que, en un principio, dieron su apoyo al partido de Evo Morales.
Para Lazarte: “Este conflicto en las alturas entre los ideólogos y los pragmáticos —que serían los nombres de estas corrientes—, al mismo tiempo se nutre del conflicto entre la cúpula del Gobierno y su propia base social”.
Alvarado afirma: “Estas fisuras demuestran que no se cumplieron las promesas planteadas a la población. Los sectores sociales le están empezando a quitar el apoyo que le dieron el 2005, por eso el Gobierno se ha resquebrajado y han empezado a surgir esas voces críticas. Esta situación se va a incrementar porque la situación económica y de alimentos no va a mejorar”.
Lazarte aseguró que el decrecimiento del apoyo de la población se inició en la gestión 2010, con las elecciones generales, y se agudizó por hechos como los conflictos —enfrentamientos en Caranavi y en Potosí— y, finalmente, por el gasolinazo.
Paradójicamente, en este mismo periodo, observó el analista, las pugnas entre oriente y occidente, entre Gobierno y oposición, fueron disminuyendo.
Los conflictos internos, agregó, “ahora se están polarizando, una (parte) reclama la fidelidad a la identidad del Gobierno (proclamada como), indígena, comunitaria, revolucionaria, que reclama por la pureza del proceso, y(por otra parte) los pragmáticos del poder, es decir aquéllos que consideran que para conservar el poder hay que recurrir a decisiones que no son muy ortodoxas, desde el punto de vista de la ortodoxia indigenista, revolucionaria, comunitaria o antineoliberal en el Gobierno. Aquéllos que creen que a veces hay que volver atrás, retroceder, que hay que hacer acuerdos, no siempre desde su propia ideología, sino desde el punto de vista de la urgencia”.
Este último grupo sería el que decidió plantear el gasolinazo y ahora busca apoyo en el sector privado y quiere relacionarse con empresas transnacionales, complementó Lazarte.
Ambos analistas desconfían de que la situación interna del Gobierno pueda mejorar, sino todo lo contrario.
Para destacar
Internamente, el Gobierno albergaría dos corrientes ideológicas cuyas diferencias aumentan con los líos económicos.
Una corriente es la que abraza el indigenismo y un discurso antineoliberal, la otra sería la que impulsó el gasolinazo.
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