El edificio Málaga se desplomó en 11 horas

Tragedia. Los obreros sobrevivientes afirman que a las 10:30 del 24 de enero tres columnas cedieron. Se colocaron 60 puntales, pero fue en vano. La estructura se vino abajo a las 21:37
Optimistas. Así lucían los albañiles del Málaga en octubre de 2010. Estaban levantando las losas y las columnas y le faltaba un mes para concluir la obra bruta


Hasta media mañana del lunes 24 de enero, todo era fiesta en el edificio Málaga. La torre de 10 pisos se había alzado en tiempo récord en el centro de la ciudad y contratistas e ingenieros festejaban el cumplimiento exacto del cronograma de trabajo. “Aquí nunca faltó plata. Teníamos los materiales que necesitábamos y los sueldos se pagaban a tiempo”, dice Raúl Puma, un encofrador que vio alzarse el Málaga y que trabajó en él hasta las 17:30 del día en que se cayó.

Pero la euforia reventó a las 10:30 del 24, cuando tres columnas del sótano mostraron deterioro. Según recuerda Puma, fue un estallido, como cuando algo, una madera grande o un metal, se golpea contra el piso. “Creímos que algo se había caído” cuenta; pero en realidad algo se había roto. Debajo de la escalera, cerca del ascensor, tres columnas habían reventado (ver los gráficos) y eso se apunta como una de las causas para que el edificio colapsara 11 horas y 7 minutos más tarde, a las 21:37.

Pero la historia del Málaga comienza años antes, en 2006, cuando fue denominado edificio Monseñor Salvatierra, por la calle donde estaba ubicado. Era una torre con 12 departamentos. Esta obra quedó inconclusa. Según Ismael Serrate, vocero de Paulina Callaú, dueña del Málaga, compraron la edificación con el pilotaje, parte de los muros de contención, cuatro columnas del sótano que llegaban hasta la planta baja, una parte de la rampa y la losa de la planta baja. Sobre esa base, el ingeniero Armando Ribera diseñó y calculó una nueva estructura.

A principios de 2010, el proyecto arquitectónico del Málaga fue concluido por Joaquín Callaú Soliz. Cuando la oficina de Aprobación de Proyectos de la Alcaldía hizo sus últimas observaciones, la primera quincena de junio, la obra comenzó a construirse, sin tener la aprobación final del proyecto, que salió en agosto. Esto fue calificado por los profesionales de la construcción como ‘usual’.

Para mediados de agosto de 2010, en el Málaga se había vaciado la losa del segundo piso. Ahí comenzó a trabajar Israel Quintanilla, encofrador. Cuenta que los trabajos se hacían a paso rápido. Al día siguiente que la empresa Concretec vaciaba la losa, se comenzaban a armar los cajones para preparar las columnas que sostendrían la siguiente losa. En  tres días estaba listo el encofrado, a la par de que los ‘fierristas’ preparaban las armaduras. Las columnas se vaciaban con hormigón mezclado en la misma obra y sólo ocupaban a Concretec para las losas y vigas. Este proceso demoraba dos semanas por cada nivel, por lo que en noviembre se concluyó con la obra bruta del edificio. Para ello trabajaron todos los días, y en horas extras, un pequeño ejército de 35 obreros.

Cuando se terminó la estructura hubo cambio de personal. Entraron especialistas en obra fina que en su mayoría cobraba su trabajo por avance de obra (metro cuadrado). No hubo incidentes hasta unos dos meses antes del derrumbe. Parte de un muro del sexto piso cayó sobre una casa vecina. Esto no tuvo nada que ver con la catástrofe. Se trató de una pared recién levantada que no había fraguado lo suficiente para soportar los fuertes vientos de ese día.

El 3 de enero, según recuerda Puma, hubo otro evento importante. Desde el sótano se pudo ver cómo una losa se curvó. No causó sobresaltos. Se trataba de una losa que se convertiría en el patio del edificio y que no soportaba nada de carga, por lo que Ribera ordenó que se construya una columna adicional para corregir la deformación. Esto, según Serrate, fue comunicado a los propietarios en la reunión semanal que realizaban los viernes. Fue el único evento informado por los constructores. La columna fue hecha por Puma y tenía dimensiones de 35 centímetros por lado.

Cuando estallaron las tres columnas se pensó en una solución similar. A las 16:00 llegaron albañiles para apuntalar toda la zona y preparar lo necesario para vaciarlas (reconstruirlas) al día siguiente. El hecho de que la mayoría de los 80 obreros que habían trabajado en el edificio cobraba por avance de obra hizo que el contratista, Luis Camacho, trajera a otros trabajadores especialistas en construcción de estructuras (encofradores, ayudantes y fierristas).
Pero la fuerza de la gravedad no los dejó concretar sus planes. Cuando terminaron de preparar todo, la obra se desmoronó sepultando a los principales responsables de la ejecución del proyecto.

La sospecha recae sobre esas tres columnas. EL DEBER tuvo acceso a los planos estructurales del edificio desde la planta baja hasta la última losa. No se pudo ver el plano de fundaciones ni del sótano, pero en la lámina de planta baja dice: “armadura a disponer desde el nivel de fundación hasta el tercer piso”. Esto, según los cuatro profesionales consultados, tres ingenieros y un arquitecto, significa que se utilizó la misma cantidad de fierro en los cuatro niveles.

Es por eso que los cuatro coinciden en que las columnas proyectadas tienen poco fierro, muy delgado en relación al que se suele colocar en este tipo de edificios (coinciden en considerar escaso el grosor de 15 cm de la columna que sostenía las escaleras). Ribera, según los planos a los que se tuvo acceso, anotó armadura de un diámetro máximo 16 milímetros, cuando lo que usualmente se utiliza es de 25 milímetros. Este fierro tiene más del doble del área del que presuntamente se utilizó en el Málaga y por lo tanto es dos veces más resistente. Descartan que se hubiera optado por un diámetro inferior para ahorrar dinero, porque la incidencia en el costo no es significativa y porque una estructura como la diseñada en el Málaga, con vigas planas, es mucho más cara que la convencional.
Sin embargo, Ribera era un ingeniero con mucha experiencia y mientras no se realice un peritaje quedará sin determinar si estaba en lo cierto.

Otro elemento observado es que Ribera proyecta vigas planas, que tienen la ventaja que quedan ocultas entre la losa, pero la desventaja es que se curvan más fácilmente que las tradicionales. Esto provocó que las losas tengan un espesor mínimo proyectado de 25 cm en los primeros pisos y lleguen a medir hasta 30 centímetros en los pisos superiores.

Además, como las vigas se deforman, una explicación es que las losas fueron niveladas con una capa de cemento en cada piso, sumando peso a las columnas. Sin embargo, esto se prevé al momento del cálculo estructural.

Otro punto que llamó la atención es que Ribera utiliza sólo viguetas para espacios  amplios, de hasta siete metros, cuando lo que se recomienda es la aplicación de ‘losas nervuradas’, que se vacían sobre un entramado de pequeñas vigas entre cada complemento de plastoformo (como Ribera proyectó en la parte posterior de la losa del noveno piso) y que se pueden ver, por ejemplo, en el edificio de la Gobernación (ex Cordecruz) o en sectores de la terminal Bimodal. Otro punto de coincidencia es que cuando las tres columnas reventaron, el peso que sostenían se redistribuyó en las columnas aledañas. Esto, según los albañiles, provocó que el edificio se ‘baje’ dos centímetros. Ese dato lo aportaron los albañiles, que midieron los fierros de las columnas afectadas.
Los cuatro profesionales consultados coinciden en que no fue un solo factor el que causó el colapso, sino la suma de varios y que sólo un peritaje imparcial permitirá aproximarse a las causas del derrumbe.
   Cifras  
Terreno
798
metros cuadrados tiene el lote sobre el que se levantó el edificio Málaga.

Construcción
5.672
metros cuadrados se construyeron. Debía contener 43 departamentos

Elevación
29,65
metros de altura tenía el edificio Málaga, con diez plantas más subsuelo


   Glosario   
- Columna. En ingeniería y arquitectura es un elemento vertical destinado a recibir cargas verticales para transmitirlas a la cimentación. Son las que soportan el peso de todo el edificio. En el caso del Málaga eran cuadradas y rectangulares y estaban construidas de hormigón armado.

- Viga plana. Son elementos estructurales que distribuyen las cargas hacia las columnas. En el caso de las planas, van ocultas en la losa y se vacían al mismo tiempo. Son más anchas que altas tienen mayor armadura (fierro) que las convencionales.

- Vigueta. Elemento horizontal prefabricado de hormigón armado que porta los complementos de plastoformo y se apoyan en las vigas. Ribera no acostumbraba a empotrar los filamentos de acero de las viguetas en las vigas.

- Complemento. Son bloques de plastoformo de diferente espesor que tienen la función de hacer más livianas las losas. En el Málaga se usaron de 20 y 25 centímetros de grosor.

- Hormigón armado. Mezcla de cemento, arenilla, grava y acero muy resistente. Se utilizan en las columnas, vigas y losas.

- Encofrador. Albañil especialista en preparar los cajones en los que se vaciarán las columnas y vigas.

- Fierrista. Albañil especializado en realizar armazones de fierro para las vigas, columnas y enmallado de losas.

- Estribo. Fierro transversal de las columnas y vigas. A él van amarrados los fierros longitudinales.





Nota: el deber

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