El orégano, una alternativa productiva de exportación para los campesinos tarijeños

Los productores de orégano encontraron una nueva alternativa de cultivo que se exporta a Brasil, su único mercado, por ahora. Sin embargo, las perspectivas de ampliar el mercado son grandes.
En Tarija, 80 productores, que cultivan el orégano en 29 hectáreas, apuestan por ampliar su extensión de terreno para exportar mayores volúmenes.
En noviembre de 2004 surgió un nuevo desafío en Tarija, específicamente en la comunidad Santa Ana La Vieja: la producción de orégano. El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Valles, institución que trae la tecnología que se implementó en las comunidades campesinas del departamento de Chuquisaca. También trae consigo la experiencia para el cultivo de esa planta.
El proyecto nació en Chuquisaca gracias a la idea de una Organización No Gubernamental (ONG) canadiense llamada SUCODEVI, que introdujo el orégano en Bolivia e inició su cultivo en las comunidades de Tomina y Sopachuy, con pequeños productores, con el fin de exportar.
Posteriormente, la Fundación Valles se asoció con esa ONG con el fin de buscar mercados externos. Entre esas dos organizaciones formaron la UNEC (Unidad de Negocios de Especies y Condimentos).
En el inicio del proyecto en Tarija, se compró dos hectáreas de terreno en Santa Ana La Vieja y allí se instaló la planta procesadora de orégano y se buscó a los que serían, en poco tiempo, los productores de orégano.
La comunidad estaba abocada principalmente a la producción de uva. Sin embargo, de a poco los pobladores se convencieron de que el cultivo de orégano era una alternativa que les traería “nuevos y buenos beneficios”.
Entre las comunidades tarijeñas en las que se produce orégano están Santa Ana La Vieja, Iscayachi, El Portillo Baisal, Sunchuhuayco, La Choza, Rosillas, El Molino, Quebrada Grande y San Blas.
La producción de orégano tiene muchas ventajas, entre ellas está la resistencia a temperaturas bajas, como la que por ejemplo se tuvo en el invierno de 2010, cuando llegó a 11 grados bajo cero. Se adapta a cualquier tipo de tierra; las granizadas sólo dañan la hoja, que en tres meses se recupera; tiene mercado asegurado; es resistente a las plagas, y la roya es la única que afecta al orégano.

EXPORTACION DE ORÉGANO
Entre los departamentos de Chuquisaca y Tarija, cuya producción total está entre 130 y 140 toneladas, se cubre sólo un poco más del 10 por ciento de lo que requiere el único mercado externo que tiene por ahora, Brasil, que requiere algo más de 1.000 toneladas.
El orégano se clasifica, de acuerdo al color, por producto de primera y de segunda calidad. El de primera calidad es el que se exporta, debido a que “el comprador de afuera es muy exigente”, y el de segunda calidad se queda en el mercado interno, debido “a que en Bolivia no hay la costumbre de consumir orégano”.
Tarija y Chuquisaca no pueden conseguir producir los volúmenes de orégano que requiere Brasil. Es por eso que se busca producir más. Los encargados de la Fundación Valles proyectan ampliar la superficie de terreno para ese cultivo, ahora cuentan sólo con 29 hectáreas. Uno de los objetivos para este año es alcanzar las 40 hectáreas de producción.
La Fundación compra toda la producción. Cada kilo de orégano de “primera calidad” es adquirido a nueve bolivianos y el de “segunda” cuesta seis bolivianos con cincuenta centavos. En caso de que el productor obtenga un 80 por ciento de orégano de primera calidad, según Aramayo, obtiene cerca de 45 mil bolivianos cada año por hectárea.
La Fundación es la encargada de vender el producto en el mercado de afuera.
La cosecha anual de orégano por hectárea es de aproximadamente 4.000 kilos; sin embargo, hay productores que muestran “mayor compromiso y dedicación” y obtienen entre 6.000 a 7.000 kilos al año.
Las perspectivas de crecer es grande, según el encargado de la Fundación Valles, Horacio Aramayo, quien comentó que a medida que “la gente se vaya dando cuenta de que es una alternativa para su economía, se irá aumentando la superficie de producción, para llegar con mayor volumen al mercado extranjero”.
SECADORES TRADICIONALES PARA DESHIDRATAR EL ORÉGANO
Para lograr que la planta se deshidrate se requiere de las secadoras tradicionales que están hechas de metal y madera. Por ser la planta voluminosa se necesitan ambientes amplios para tener un “producto de calidad”.
Sólo se cuenta con siete secadoras tradicionales que están instaladas en los terrenos de los propios productores. Cada uno de los que tienen esa construcción aportaron para adquirirlo con el 48 por ciento del total de su costo. Lo demás se consiguió con ayuda de la Fundación.
Además de las siete secadoras ya implementadas, hay un número similar que está en plan de ser instalada. Cada secadora tiene capacidad para deshidratar lo que se produce en una hectárea.
Los productores que no cuentan con un deshidratante, ese trabajo lo realizan en una planta que tiene la empresa encargada del proyecto. Sin embargo, en poco tiempo más, dicha planta no abastecerá porque la posibilidad de que la producción aumente es grande y podría colmatarse, y por ello mismo se requerirá la instalación de más secadoras.
Debido a que la secadora tiene un costo “alto”  y la empresa no tiene recursos suficientes para comprar ese material para todos los productores, se busca financiamiento de las instituciones públicas.
DOTACION DE PLANTINES
La labor que en principio realiza la empresa es la de dotar plantines a los productores. Cada hectárea requiere de 50 mil plantines, cada uno de éstos cuesta 10 centavos y por tanto para una hectárea se necesitan 5.000 bolivianos para iniciar la producción.
La empresa pretende contar con un mayor número de productores. Por esa razón, por los plantines entregados no cobra el total del dinero, sino que los productores deben cancelar tras la tercera cosecha del orégano. En ese momento el deudor sólo paga un 25 por ciento del total del costo de los plantines y el resto lo abona con las siguientes cosechas.
Los productores tienen asistencia técnica por parte de personal de la empresa hasta que adquieran la “experiencia suficiente” para realizar solos la labor de producción.
Se puede cosechar al año dos o tres veces, eso depende del año agrícola, si hay exceso de lluvias o frío, sólo serán dos veces al año.
Tres meses después de plantarse los plantines en tierra, ya se tiene la primera cosecha, lo que no ocurre, por ejemplo, con la uva, con la que se tiene que esperar tres años para obtener los primeros frutos.
Una de las metas que tienen los productores es velar por la salud de la población cuando consuma el orégano. Por eso ellos no introducen productos químicos, a no ser que el orégano esté afectado por la plaga llamada roya.
FINANCIADORES
La única instancia que colabora con la Fundación Valles para la producción de oréganos es la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).
Otro de los objetivos que tiene la empresa es poder sustentarse sola económicamente. Considera que cuando tengan por lo menos 60 hectáreas de cultivo de esa planta lograrán ese fin. Mientras tanto busca que las instituciones públicas del departamento puedan destinar recursos económicos para apoyar a los productores.


Nota : El Nacional

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