“Comunicación y Educación”

Desde los medios habitualmente se ha criticado, y con razón, la atención brindada por instancias de decisión a la educación. ¿Qué dedicación
otorgan los medios a la elaboración o inserción de espacios o programas de educación ciudadana? En los medios también se expresan con frecuencia críticas a conductas negativas de autoridades, dirigentes o ciudadanos/as. ¿Los medios están contribuyendo a la formación de ciudadanos/nas que desarrollen comportamientos acordes con los valores sociales? Los medios son manejados y en ellos aparecen con frecuencia personas con preparación profesional. ¿Hasta dónde se considerará en los medios que una mayoría de sus cotidianos destinatarios han tenido y tienen limitaciones en acceso a oportunidades educativas y que por tanto su aporte en este ámbito es muy necesario?
Al hablar de una tarea educativa de los medios se hace referencia especialmente a la elaboración y/o inserción, de manera intencionada, organizada y constante, de espacios o programas que tengan el propósito central de contribuir a la formación humana en conocimientos, procedimientos o comportamientos, que sirvan al bienestar presente y futuro de las personas y de la sociedad, en el marco de valores sociales; es concebir esta perspectiva como parte de la estrategia de comunicación o difusión del medio.
Es indudable que para establecer propuestas educativas en ese sentido es imprescindible reflexionar y concluir respecto a una visión de mundo, de país y de sociedad dignos a construir, y es constatar las demandas y necesidades existentes en el entorno, entendiendo que la tarea educativa con y hacia los lectores, espectadores u oyentes debe ir en absoluta coherencia con esa mirada y esas constataciones.
De este modo, se podría considerar proyectos educativos para promover y fortalecer en la ciudadanía una mayor y motivada comprensión integral de la realidad cercana y lejana no sólo coyuntural; para conocer los principios y procedimientos del cuidado de la salud, de la protección del medio ambiente y del ejercicio de derechos para una ciudadanía equitativa; para coadyuvar a actitudes y comportamientos sociales como el sentido reflexivo y crítico, la honestidad en su amplio sentido, el respeto, el no abuso del poder o del rol social, la comprensión de que el/la otro/otra es también ser humano, el autoconocimiento, la generación de principios, ideologías y objetivos sólidos, la responsabilidad y la eficiencia, la coherencia y la consecuencia, la expresión y la escucha, la valentía por el reclamo y la denuncia, la generosidad, el apego por la constatación antes que por el prejuicio o la suposición, el empeño por la innovación, el emprendimiento y el progreso, el fortalecimiento de la autoestima, el cuidado y dedicación responsables a las nuevas generaciones, y el compromiso activo para convivir en equidad, justicia y no sólo caridad.
Las acciones educativas de los medios pueden abordar distintos temas, ser continuas o en contingencias, y estar enfocadas a diversos grupos sociales distinguidos por su ubicación geográfica, sexo, edad, origen étnico, grado de escolaridad, oficio, condición socioeconómica u otras características, siendo siempre imprescindible adecuar de manera creativa los recursos y modos de comunicar los contenidos a estos rasgos.
Sabemos bien que la educación es la tarea fundamental para el bienestar y el desarrollo de la humanidad. Es necesario que los medios de difusión masiva fortalezcan continuamente su aporte en este ámbito y sean autocríticos respecto a si sus contenidos van a favor o no de esta gran misión. Contribuir a la educación significa, indirectamente, formar y multiplicar educadores en la sociedad.

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