A propósito del fútbol

Alguien dijo que la selección boliviana fue la primera en llegar a la sede de la Copa América y también la primera en abandonarla por su pronta eliminación.
Es que esta sutil apreciación obedece a la amarga realidad por la que atraviesa el fútbol boliviano. El empate contra la Argentina, si bien se vio esfuerzo, garra y pundonor en nuestros jugadores; pero, para muchos era sólo una especie de espejismo.
La selección que nos hizo pisar tierra nuevamente fue la de Costa Rica que, sin ser un elenco techado de virtudes ni tampoco un país tradicionalmente futbolero, nos ganó bien y con holgura, pese a la juventud de muchos de sus jugadores.
Durante años estábamos ubicados en el penúltimo lugar de la clasificación sudamericana. Sólo a Venezuela le llevábamos la delantera, ya que le podíamos ganar con relativa facilidad jugando de locales o de visitantes.
Sin embargo, en los últimos años, Venezuela ha desarrollado mucho su juego y ahora está por encima de los bolivianos en el fútbol.
La realidad que vive actualmente Venezuela con un equipo que ya pasó a cuartos de final de la Copa América, obedece a que sus dirigentes obran con responsabilidad y seriedad.
Desde hacen algunos años están enfrascados en un proyecto que comenzó en sus divisiones inferiores. De manera silenciosa pero, muy eficiente, trabajaron desde abajo y el fruto de ese trabajo serio, ahora se ve en resultados.
La Copa América no es una casualidad de los venezolanos. En la Copa Libertadores de América, los equipos de ese país, realizan ahora mejores campañas que los equipos bolivianos.
La diferencia es que, en Bolivia la Federación Boliviana de Fútbol nunca ha tenido un proyecto que permita ver la formación de los futbolistas desde las divisiones inferiores. Ni siquiera los equipos ligueros se molestaron con este trabajo, excepto la Academia Tahuichi que es el mejor referente de una escuela de fútbol en Bolivia.
Lamentablemente los técnicos, sean estos nacionales o extranjeros, nunca han formado jugadores, ya que siempre han optado por hacer que se contrate a jugadores ya formados y que a veces deja mucho que desear su rendimiento.
Sin embargo, los jugadores nacionales como es el caso jóvenes de varias regiones del país, lamentablemente no tienen oportunidades como los extranjeros o como tienen los del oriente.
Veamos qué pasa con los potosinos ya que pese a contar con dos equipos ligueros, sólo uno o dos potosinos juegan, uno en cada uno.
Seguramente tanto dirigentes como los entrenadores argumentarán que los jóvenes no tienen la experiencia suficiente como para alternar partidos oficiales.
La pregunta del millón seguramente será y cuándo acumularán esa tan mentada experiencia si nunca juegan o por lo menos no tienen opción de jugar?.
Esa es la realidad del fútbol boliviano y las actuaciones de nuestra selección se reflejan en el trabajo improvisado por parte de la Federación Boliviana de Fútbol que, lamentablemente no entiende que la única forma de superar el nivel técnico, es trabajar desde abajo con niños y jóvenes no sólo en el tema deportivo, sino también en valores para evitar los excesos que cometen nuestros futbolistas dentro y fuera de los campos deportivos.


(*) Se publica en cumplimiento del Decreto Supremo 0136 que repuso la columna sindical.

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