Seguramente se argumentará como justificativo que el peso de las ramas podría haber ocasionado un accidente y que implicaba peligro para los peatones. Si esa es la razón para tranquilizar sus conciencias, es otra prueba de ignorancia y de falta de iniciativa. Ignorancia porque en cualquier parte del mundo civilizado, como Buenos Aires para citar un ejemplo de ciudad patrimonial, lo que se hace es utilizar la imaginación y colocar lo que se conoce como “pies de amigo” en una forma artística tal, que además de proteger las pesadas ramas, se decora el lugar. La zona residencial llamada Recoleta en la Capital argentina, es la que se cita como ejemplo en esta crónica de lamento por lo ocurrido.
Lo que queda de los hermosos y viejos gomeros o gomales, son una especie de plumeros parados, porque se les ha mutilado las ramas más decorativas que daban sombra a los transeúntes. Se acabó la estética y el problema ya no tiene solución. Sólo el castigo para los responsables que tuviera que ser prisión perpetua porque la pena de muerte no es legal en Bolivia, evitará que se repitan estos actos de barbarie.
¿Qué se hará con las cicatrices que han quedado tan visibles y tan aptas para poner una inscripción?, ¿Se pondrá el nombre de la gestión municipal, o algún letrero relacionado con el amor a la naturaleza, a la pachamama o a la biodiversidad?
En el camino hacia Cochabamba, ya en territorio cochabambino, aproximadamente a 11 kilómetros del Puente Arce, en la localidad de Zamora, existe seguramente el más bello gomero del país. La copa tiene 50 metros de diámetro y las raíces expuestas tienen una altura de cerca de dos metros. Hace algunos años, se logró una resolución de una oficina regional del Ministerio de Agricultura, para declararlo una especie de monumento nacional, en una placa que quedó colocada en un pedestal frente al cual se hizo un desfile con simpáticos niños campesinos de la zona. Fue una actividad del Proyecto Malhería Sucre de Cervecería Boliviana Nacional. Ese árbol, de la misma familia de los mutilados en plena Plaza de Sucre, tiene también ramas laterales que no se caen nunca. Sería bien que el autor del crimen cometido vaya a visitarlo, pues es muy fácil ubicarlo ya que se yergue majestuoso y se lo puede ver desde el camino.
El verde falta en la ciudad. Es cierto que los jardines de hoy están siendo mantenidos porque hace algunos años eran basurales que una gestión municipal anterior tuvo el acierto de transformar. Ese esfuerzo debe continuar para incrementar las zonas verdes tan escasas en la ciudad. La renovación de los árboles es otro trabajo importante, así como es la curación de los muchos que están enfermos.
En lugar de utilizar la sierra eléctrica, se necesita fumigadores, ganchos de jardinería para extirpar los parásitos como claveles del aire y otros que dan aspecto de descuido y enfermedad. Ojalá se tomen medidas adecuadas para evitar que se repitan las acciones que no tienen explicación racional.
Qué triste que en el mes en el que se celebra el aniversario de la fundación de Bolivia, hayan gomeros que lloran y que están ubicados precisamente frente a nuestra histórica Casa de la Libertad, donde nació la Patria que es de todos los bolivianos.
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