117 kilómetros tiene en total el trazado del tramo II de la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos y que atraviesa por la mitad al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Proyecto que ha provocado el peor conflicto que tiene el presidente Evo Morales con los pueblos indígenas desde que llegó al poder en 2006.
Las razones de la protesta son sensatas, la carretera desintegrará un territorio indígena reconocido por una decena de normas que impiden nuevos asentamientos y ordenan su protección. El Decreto Supremo 22610 en septiembre de 1990 reconoce esta área como “asentamiento ancestral de los pueblos Mojeño, Yuracaré y Chimán, como espacio socioeconómico para su desarrollo”.
Pero también la carretera desintegrará un territorio forestal, un bosque. Sobre este tema la Constitución Política del Estado aprobada en 2009 y promulgada en enero de 2010 por el presidente Evo Morales establece en su artículo 387 que el Estado debe “garantizar la conservación de los bosques naturales en las áreas de vocación forestal, su aprovechamiento sustentable, la conservación y recuperación de la flora fauna y degradada”.
El Artículo 388 de la CPE establece además “que las comunidades indígena originario campesinas situadas dentro de áreas forestales serán titulares del derecho exclusivo de su aprovechamiento y de su gestión, de acuerdo con la ley.”
Según la senadora cruceña, Janine Áñez aproximadamente medio millón de árboles se talarán en la construcción de toda la carretera San Ignacio de Moxos- Villa Tunari, es más en julio de este año la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Tierras y Bosques (ABT) pidieron a la empresa brasileña OAS detener la tala de árboles en la construcción del primer tramo de la polémica vía.
Según Lía Peñarrieta Venegas los impactos ambientales negativos potenciales de la construcción de la carretera dentro el TIPNIS son: la deforestación, el cambio de cursos de agua, afectación a drenajes naturales y pérdida y disminución de la biodiversidad. A nivel social y económico, los posibles efectos son: la colonización, conflictos sobre la tierra y avasallamiento. Los impactos culturales pueden incluir: la pérdida de identidad en los pueblos originarios de la zona (transculturización, pérdida de costumbres y tradiciones).
El desmonte directo de bosque, con 50 m de derecho de vía, sería de 460 Has, que corresponde a los bosques de alto aluvial, pedemontano, bajo de inundación estacional, rivereño de dinámica erosional, rivereño de terrazas antiguas, Palmar pantanoso de Mauritia flexuosa. La deforestación total sería mucho más extensiva, debido a que colonos, especuladores de tierras, madereros y agricultores utilizarían la carretera para acceder al bosque, sin respetar los territorios indígenas ni áreas protegidas. Algunos estudios comparativos han constatado que se colonizan un total de 2 a 12 km adyacentes a una nueva carretera. la deforestación para 2 km sería de 9.200 Has y para 12 km sería de 110.400 Has de bosque.
Los argumentos del Gobierno también son sensatos, el presidente Evo Morales ha insistido una y otra vez que no se puede impedir la construcción de una carretera que vinculará a dos departamentos (Cochabamba y Beni), un anhelo que asegura viene de tiempos de antes de la fundación de la República.
El presidente de la Administradora Boliviana de Carreteras, Luis Sánchez reconoció que como sucede con la construcción de cualquier vía existirán impactos en el medio ambiente pero que estos daños son plenamente subsanables.
“Los daños son recuperables en todo lo que hasta ahora hemos analizado son recuperables, obviamente el daño específico y la medida de impacto ambiental que se tomaría ya depende del diseño específico que hagamos, mientras no tengamos eso hablamos un poco de genérico”, reconoció Sánchez.
Para el ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo con la construcción de la carretera sucederá lo contrario, es decir se reducirán los impactos ambientales.
“Tengo la convicción que con la carretera vamos a más bien disminuir los impactos, sumando y restando, en este momento hay una carga depredatoria sobre el Parque (Isiboro Sécure) muy fuerte, desordenada de ambos lados, madereros, explotadores de recursos naturales, en combinación con una que otra comunidad, hay un proceso de depredación muy importante del Parque”, señaló el ministro.
Para Delgadillo con la presencia del Estado, el fortalecimiento de las organizaciones y las medidas que se puedan tomar desde el punto de vista normativo “se puede más bien mitigar” los impactos en contra del Parque.
El TIPNIS
El TIPNIS fue creado en 1965 con el fin de conservar las cuencas hidrográficas, las nacientes de los ríos para la navegación, la riqueza de los recursos naturales y la belleza escénica. En 1990 fue declarado Territorio Indígena de los pueblos Mojeño, Yuracaré y Chimán. Este decreto reconoció los asentamientos existentes de los colonos en la región sur y se fijó “la línea roja”, que establece un límite a la zona de colonización para reducir conflictos por el uso de tierras entre indígenas y colonos. En 1997 se otorga la TCO como dotación provisional a la Subcentral del TIPNIS.
LA CARRETERA SAN IGNACIO DE MOXOS- VILLA TUNARI
La carretera tendría una longitud de 306 kilómetros, doble asfalto sobre una calzada de 7,30 metros de ancho y uno a dos metros de bermas.
-Facilitará el desarrollo regional de los departamentos de Cochabamba y Beni.
-Disminuirá la longitud del recorrido de 848 a 306 kilómetros entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos y vinculará las actividades económicas, sociales y comerciales entre el oriente y el occidente boliviano, según la ABC.
-La población beneficiaria directa suma unos 100 mil habitantes, mientras que la población beneficiaria indirecta bordea los 1,7 millones de habitantes de ambos departamentos.
-El tramo I, de 47 kilómetros, pasa por Villa Tunari, Chipiriri, Santa Rosa, Eterazama, Samuzabety, Florida e Isinuta.
-El tramo II, de 117 kilómetros, se encuentra en etapa de consulta y el tramo III, de 82 kilómetros, cruza Monte Grande del Apere, El Retiro, San Ignacio de Moxos.
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