El último excombatiente de la guerra del Chaco, habitante en Monteagudo desde hace casi dos años, no cobra su renta de excombatiente, tampoco su salario de jubilado del magisterio rural, menos seguro de la Caja de Salud, y sobrevive con los 150 bolivianos que le toca de la Renta Dignidad.
Según el testimonio de José López Delgadillo, de 105 años y último excombatiente de Monteagudo, el Servicio Nacional del Sistema de Reparto (Senasir) le quitó los dos beneficios sociales al detectar que tenía doble documento de identidad y le acusó de falsedad material; sin juicio, le quitaron sus beneficios, sin embargo, el anciano sostiene que nunca cometió ninguna irregularidad y que luchará para que le restituyan sus dos rentas.
El anciano reconoció que cobraba la renta de excombatiente como José Delgadillo López, mientras que su jubilación del magisterio como José López Delgadillo. Según el anciano, la Policía, hace medio siglo atrás, por error, hizo un cambio en sus apellidos y él no hizo el trámite para rectificar.
En su trayectoria, don José fue soldado de la guerra del Chaco, posteriormente trabajó durante cinco años como Policía y, finalmente, fue maestro rural durante tres décadas.
“A la guerra yo fui como José Delgadillo López, pero cuando entré a trabajar como policía me cambiaron el apellido, y después, con ese mismo nombre, he seguido trabajando en el magisterio hasta que me he jubilado”, contó el anciano.
Hace unos días atrás, don José recibió una distinción por parte del Gobierno Municipal de Sucre con la medalla Mariscal Andrés de Santa Cruz por ser el último sobreviviente de la guerra del Chaco en Monteagudo.
Don José actualmente cobra 150 bolivianos de la Renta Dignidad y su familia cuestiona al Senasir por quitarle ambas rentas sin haber un juicio.
“Si bien no puede cobrar con dos carnets, ellos (Senasir) no podían suspenderle ambas rentas sin haber un juicio. Aunque sea deberían pagarle por lo menos ya sea de maestro o de benemérito, y no suspenderle ambas”, reclamó su hijo Alexis.
Pese a tener nueve hijos, don José está acostumbrado a vivir solo; ahora vive en la casa de su hijo y sostiene que debe de más de un año de su alimentación y medicamentos.
“Él aportaba como benemérito y como maestro, pero ahora no recibe ni siquiera atención en la Caja”, reclamó su hijo.
Según el testimonio de José López Delgadillo, de 105 años y último excombatiente de Monteagudo, el Servicio Nacional del Sistema de Reparto (Senasir) le quitó los dos beneficios sociales al detectar que tenía doble documento de identidad y le acusó de falsedad material; sin juicio, le quitaron sus beneficios, sin embargo, el anciano sostiene que nunca cometió ninguna irregularidad y que luchará para que le restituyan sus dos rentas.
El anciano reconoció que cobraba la renta de excombatiente como José Delgadillo López, mientras que su jubilación del magisterio como José López Delgadillo. Según el anciano, la Policía, hace medio siglo atrás, por error, hizo un cambio en sus apellidos y él no hizo el trámite para rectificar.
En su trayectoria, don José fue soldado de la guerra del Chaco, posteriormente trabajó durante cinco años como Policía y, finalmente, fue maestro rural durante tres décadas.
“A la guerra yo fui como José Delgadillo López, pero cuando entré a trabajar como policía me cambiaron el apellido, y después, con ese mismo nombre, he seguido trabajando en el magisterio hasta que me he jubilado”, contó el anciano.
Hace unos días atrás, don José recibió una distinción por parte del Gobierno Municipal de Sucre con la medalla Mariscal Andrés de Santa Cruz por ser el último sobreviviente de la guerra del Chaco en Monteagudo.
Don José actualmente cobra 150 bolivianos de la Renta Dignidad y su familia cuestiona al Senasir por quitarle ambas rentas sin haber un juicio.
“Si bien no puede cobrar con dos carnets, ellos (Senasir) no podían suspenderle ambas rentas sin haber un juicio. Aunque sea deberían pagarle por lo menos ya sea de maestro o de benemérito, y no suspenderle ambas”, reclamó su hijo Alexis.
Pese a tener nueve hijos, don José está acostumbrado a vivir solo; ahora vive en la casa de su hijo y sostiene que debe de más de un año de su alimentación y medicamentos.
“Él aportaba como benemérito y como maestro, pero ahora no recibe ni siquiera atención en la Caja”, reclamó su hijo.
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