La Defensoría del Pueblo instruyó a su similar del Beni investigar el caso del bebé de ocho meses que murió por complicaciones gastrointestinales en el Hospital de San Borja durante la marcha por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, lamentó el deceso del pequeño identificado como José Puche, quien murió en un nosocomio de la localidad de San Borja por no recibir la atención adecuada, según su progenitor.
"Existe mucha preocupación por lo ocurrido, lamentamos lo que pasó", dijo el Defensor del Pueblo, a tiempo de exhortar a las entidades llamadas por ley a dar protección y atención a los niños y mujeres embarazadas que forman parte de la marcha.
Villena dijo que es necesario que la Cruz Roja Boliviana intensifique su presencia con la dotación de insumos y personal para atender a los marchistas, pero sobre todos a los niños y a las mujeres embarazadas, para no lamentar una nueva pérdida.
Pidió al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) enviar el personal necesario para que permita hacer un relevamiento de datos sobre el número de niños y mujeres embarazadas y una evaluación y diagnóstico de la situación en la que se encuentran.
"Este elemento es de difícil acceso en San Borja y los niños están consumiendo agua contaminada, lo que les provoca problemas intestinales", agregó.
En relación a la falta de médicos, que fueron enviados por el Ministerio de Salud hasta San Borja para brindar atención a los marchistas y que fueron rechazados por estos, el Defensor pidió a los indígenas reconsiderar esa posición y que permitan regresar a los profesionales en salud.
"Ha habido un entredicho, un problema que fue motivo para que les pidan (a los médicos) que se retiraran, pero frente al gravedad de los hechos es bueno que los marchistas también reconsideren la necesidad de que los médicos que fueron despachados puedan retornar", manifestó Villena.
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