Una vez que lleguen a la ciudad de La Paz, los indígenas anunciaron que no retornarán a sus lugares de origen hasta que consigan una reunión con el presidente Evo Morales en la que se les entregue una ley corta garantizando que no se construirá una carretera que pase por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Adolfo Chávez, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) informó que la meta principal es hablar con Morales y sus ministros para que atiendan las 16 demandas de su pliego.
“Vamos a exigir un trabajo con cada uno de los ministerios y con el Presidente. Son 16 puntos que deben ser resueltos, porque son responsabilidades compartidas, y queremos viabilizar lo más antes posible y plantearlo al Legislativo”, sostuvo.
Gualberto Baraona, dirigente del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), aseguró que, una vez que lleguen a La Paz, no dejarán la ciudad hasta que se apruebe una ley en la que el Gobierno asuma el compromiso de no construir la vía Villa Tunari-San Ignacio de Moxos a través del TIPNIS
“Todo ello debe firmar (Morales) delante de nosotros para que tengamos las garantías correspondientes”, afirmó el dirigente. Chávez explicó que aún no saben cuándo llegarán a la ciudad sede de gobierno, porque todo dependerá de las condiciones climatológicas y de las dificultades que afronten.
Entre los 16 puntos de la plataforma de lucha están temas como la paralización de actividades hidrocarburíferas en la zona de Aguaragûe, principal fuente de ingresos económicos del Estado, y de obras camineras en distintas regiones, entre ellas el norte de La Paz. La marcha partió con el único punto de rechazo a la carretera por el TIPNIS, pero en el curso de la marcha amplió sus demandas.
El presidente Evo Morales en una entrevista en la red televisiva ATB informó que está dispuesto a dialogar con los dirigentes indígenas una vez que arriben a La Paz, pero sin que ello represente poner en riesgo los ingresos y el desarrollo del país.
“Por la zona del Aguaragüe pasa el 90 por ciento del gas que va a al exterior, por lo que Bolivia genera recursos económicos que son entregados a las gobernaciones, alcaldías, universidades y otros sectores para encarar programas de desarrollo”, indicó
La Policía intervino el campamento indígena en Yucumo (Beni) el domingo 25, posteriormente se reorganizaron y reagruparon en Quiquibey, frontera entre La Paz y Beni, desde donde retomaron su medida de presión. Ya están en suelo paceño.
Un grupo acampó el domingo en Marimonos y otro en Palos Blancos, a más de 250 kilómetros de la sede de gobierno.
Los de Marimonos fueron trasladados en vehículos hasta Palos Blancos, donde participaron de un improvisado festejo por los 29 años de la fundación del CIDOB. Tras el acto conmemorativo, fueron acogidos en una hacienda en el barrio San Antonio de la comunidad. Retomarán hoy la caminata a las 7.00.
Cerca al mediodía, representantes de las juntas vecinales de la comunidad, el Concejo Municipal, el párroco Luis Díaz y representantes del pueblo afroboliviano los recibieron. Todos destacaron la movilización y expresaron apoyo a la medida.
Una banda del colegio amenizó la estadía con ritmos de taquirari. Los lugareños entregaron una vaca, que luego fue faenada. También dieron a los marchistas, entre ellos mujeres y niños, frutas y botellas de agua.
En el acto de bienvenida no se presentó el alcalde del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Palos Blanco, Nazario Escobar. El concejal Eugenio Janco, evitó comentar el hecho.
Detener a cuarenta dirigentes
La intervención de la marcha indígena, además de dispersar la protesta, tenía la orden expresa de detener a 40 dirigentes y trasladarlos hasta La Paz, refiere un informe preliminar de la investigación realizada por la Defensoría del Pueblo, informó el representante regional en Santa, Cruz Hernán Cabrera. Debían ser llevados a Rurrenabaque y desde ahí, en un avión Hércules, a La Paz.
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