Hace casi una semana se cumplió un mes desde que se desarrollaron las elecciones presidenciales en Venezuela y, hasta la fecha, las tensiones y denuncias de fraude electoral continúan. Pero, ¿cuáles fueron las acciones que asumió la oposición para ejercer control social y vigilancia al proceso? Analistas bolivianos sugieren que Bolivia aprenda de esa experiencia y tome previsiones desde ahora.
Durante el conversatorio “Fortalecimiento de Procesos Electorales con Participación Ciudadana”, realizado por la Fundación Jubileo, el analista de resultados y director ejecutivo de Transparencia Electoral de Venezuela, Jesús Delgado, relató cómo se vivió los comicios en Venezuela y en el exterior del país, la represión previa y posterior, y el trabajo anticipado de la oposición para hacer control social con apoyo del pueblo.
“Cada máquina de votación imprime actas que reflejan los resultados, y los fiscales partidarios, es decir, los delegados de los partidos, tienen derecho a llevarse una de estas actas como medida de seguridad. La oposición realizó un gran esfuerzo logístico, superando la persecución y la represión, utilizando incluso estrategias muy creativas, como llevar una biblia en la cual guardar el acta de la máquina”, contó Delgado.
Así se logró recabar más de 30 mil actas, lo que equivale al 83% de la votación general, las cuales fueron cargadas a un sistema que registra todas las actas originales. Estos resultados dieron la victoria a Edmundo González con el 67% de los votos, y una derrota de Nicolás Maduro con el 30%. Asimismo, los ocho candidatos restantes, a quienes, según Delgado, los llaman “alacranes” y que buscan legitimar el régimen, obtuvieron el 4%.
El analista destacó que se impusieron serios obstáculos al voto de los venezolanos en el exterior. De los aproximadamente 8 millones de venezolanos que residen fuera del país, al menos 5 millones no pudieron sufragar.
Tomando en cuenta esta situación, los comentaristas bolivianos que participaron en el Conversatorio sugirieron que Bolivia aprenda estas lecciones y tome acciones concretas previas a las elecciones para evitar que la historia se repita.
“La situación boliviana es similar a la venezolana, todas las condiciones que tenía Nicolás Maduro en Venezuela para manipular las elecciones, las tiene Luis Arce en Bolivia. Así que, como hizo la oposición venezolana, yo voy a pedirles que pensemos en la necesidad no solo de que se articulen los partidos para el control electoral, sino que la ciudadanía debe organizarse para hacer ese compromiso, de otra manera vamos a ir al matadero, calladitos y agachados, y luego no nos quejemos”, manifestó la analista y docente universitaria, Jimena Costa.
Sugirió presionar a los partidos políticos para que generen un buen binomio de cara a las elecciones nacionales, pero además, propone revisar las listas de candidatos, para que no postulen violadores de niñas, avasalladores, delincuentes, o el mismo “caudillo”.
Dijo que es el momento de que la gente se movilice y para ello no es necesario un líder. “Ya tenemos la experiencia del 2019, en la que una sociedad sin liderazgo es capaz de organizarse para cambiar el curso del proceso. Díganme quién era el líder en 2019… ha sido la ciudadanía organizada”, añadió.
Asimismo, recordó que, “tras el fraude de 2019”, nunca se hizo alguna auditoría transparente e independiente a las elecciones de ese año, y el padrón sigue siendo el mismo, así como muchos funcionarios que en ese entonces fueron acusados de manipular el sistema electoral.
Al respecto, el analista Carlos Toranzo manifestó que, si no se asumen acciones concretas para lograr cambios, Bolivia podría convertirse en otra Venezuela o Nicaragua.
“Se nos viene ahora algo peor, y no quiero ser muy pesimista, el futuro boliviano es Nicaragua o Venezuela, dependiendo de lo que pase en las próximas elecciones. Hoy se gobierna por decreto, se gobierna vía decisiones de las salas constitucionales departamentales, vía el Tribunal Constitucional de esos prorrogados”, sostuvo Toranzo.
Con las elecciones bolivianas en el horizonte, las recomendaciones son claras: la planificación y la vigilancia ciudadana, pues serán esenciales para asegurar que cada voto cuente y que el proceso sea lo más transparente posible. La lección venezolana resuena como un llamado de atención para Bolivia, que tiene la oportunidad de aprender y aplicar estos principios en su propio contexto. (Sumando Voces)
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