Cochabamba-Los Tiempos.- Niños descalzos corriendo de un lugar a otro; miradas de campesinos que expresan timidez, preocupación, soledad, angustia; madres amamantado a sus hijos y sobre todo mosquitos es lo primero que se ve en Tocopilla, aldea que desde el martes aloja a 163 evacuados de la Central Nueva Chapare.
En esa comunidad, hace una semana existían aguas de hasta cuatro metros de altura, convirtiendo calles en caudalosos ríos, cadáveres de animales de corral (gallinas y chanchos); ahora sólo hay plantaciones de cítricos, plátano y yuca cubiertas por el lodo.
PÉRDIDAS. Tocopilla está a 20 kilómetros del municipio de Villa Tunari. “Más adentro, en mi sindicato, es peor, hay chacos que están completamente tapados por el lodo”, dice el secretario Ejecutivo del Sindicato Norte Potosí A, Leonardo Marca.
“Lo perdimos todo, ahora no tenemos tierra para trabajar, no tengo familia y el único lugar donde puedo estar es en el campamento”, sostiene, a vez, Eusebia Maturano (36), quien junto a sus tres hijos comparte el reducido espacio en la sede sindical.
De acuerdo con información de la Alcaldía de Villa Tunari, en Nueva Chapare, 620 familias perdieron la totalidad de sus plantaciones y enseres domésticos. “Hay lotes enteros de naranjales, arrozales y yucales que fueron cubiertos por el lodo totalmente”, afirma el alcalde Feliciano Mamani.
Hasta el momento, no existen cifras exactas de los daños producidos por los desastres naturales en el trópico cochabambino. Pero la Gobernación de Cochabamba, a través del Servicio Departamental de Agricultura, realiza los estudios correspondientes para calcular las pérdidas reales en cultivos.
CRISIS. La alimentación es otro de los problemas con los que tienen que lidiar día a día los evacuados. “Las raciones que nos reparten los de la Alcaldía no alcanza, somos muchos”, comenta Patricia Valeriano (30), una agricultora refugiada en una escuela de la comunidad de Tocopilla.
El municipio de Villa Tunari anunció que entregará víveres a las familias evacuadas sólo hasta el 15 de marzo, por la falta de recursos económicos. “Realmente no sabemos qué hacer con el tema de la alimentación. Estamos recurriendo a las empresas privadas y a la sociedad”, señala el presidente del Concejo Municipal de Villa Tunari, Hernán Alba.
“Todos queremos irnos a nuestros chacos lo antes posible, pero no se puede entrar y si nos vamos, no tendremos qué comer, ya que todo se lo llevó el río”, relata Victoriano Vedia, del sindicato Avaroa.
Los “inquilinos” que ocupan la escuela de Tocopilla acuden a los vecinos para alivianar la escasa dieta alimentaria que tienen. “Hoy, en horas de la mañana, los dueños y los estudiantes nos regalaron verduras y azúcar”.
En Villa Tunari, hay 238 personas afectadas, mientras en Villa 14 de Septiembre, se alojan 58. Según reportes, en Villa General Román no hay damnificados. Los evacuados a Villa 14 de Septiembre sobrellevan las mismas dificultades. Ellos, como asegura Leonardo Marca, son “forasteros” o “inquilinos” que lo perdieron todo.
70 niños están perjudicados
La escasa alimentación basada en carbohidratos y los constantes traslados ocasionan que los 70 niños (as) de las familias evacuadas, que pasan clases en un lugar improvisado desde el miércoles, tengan un bajo rendimiento escolar, dijo el profesor de la escuela de Tocopilla (comunidad situada en el trópico cochabambino), Víctor Velarde. Para él, la mala alimentación de los infantes influye sobremanera en su desempeño y desenvolvimiento personal. “Son niños que no pueden estar como los otros (chicos del lugar), ellos llegan y se cansan rápido y son los más distraídos”. La falta de material escolar es otra dificultad, tal como lo testimonia Miguel (9): “No tengo cuadernos, no pudimos sacar nada”.
Inician trabajos de encauce
Personal del Servicio Departamental de Caminos (Sedcam) y funcionarios de la Alcaldía de Villa Tunari procedieron el viernes a realizar los trabajos para el encauce del río 24, que permitirá compartir con el municipio de Shinaota las aguas del río Chapare. El canal del desfogue, que tiene un largo de 380 metros, un ancho de 10 y una profundidad de un metro, permitirá evacuar un 20 por ciento las aguas del río Chapare. El dragado se realiza en el punto dos de ese afluente (puente Alfonso Gumucio), dijo el supervisor de Obras de Villa Tunari, Wílder Flores.
“No estamos mandando el agua en un 100 por ciento, sólo pretendemos que baje menos agua por el margen izquierdo”. La apertura del canal trajo bloqueos de la vía Santa Cruz-Cochabamba y enfrentamientos entre pobladores de Villa Tunari y Shinaota, estos últimos se negaban a que las aguas pasen por su municipio por temor a inundaciones. “Logramos firmar un acuerdo con las autoridades de Shinaota para viabilizar la apertura”, dijo el líder del Concejo de Villa Tunari, Hernán Alba.
Nota: la prensa
En esa comunidad, hace una semana existían aguas de hasta cuatro metros de altura, convirtiendo calles en caudalosos ríos, cadáveres de animales de corral (gallinas y chanchos); ahora sólo hay plantaciones de cítricos, plátano y yuca cubiertas por el lodo.
PÉRDIDAS. Tocopilla está a 20 kilómetros del municipio de Villa Tunari. “Más adentro, en mi sindicato, es peor, hay chacos que están completamente tapados por el lodo”, dice el secretario Ejecutivo del Sindicato Norte Potosí A, Leonardo Marca.
“Lo perdimos todo, ahora no tenemos tierra para trabajar, no tengo familia y el único lugar donde puedo estar es en el campamento”, sostiene, a vez, Eusebia Maturano (36), quien junto a sus tres hijos comparte el reducido espacio en la sede sindical.
De acuerdo con información de la Alcaldía de Villa Tunari, en Nueva Chapare, 620 familias perdieron la totalidad de sus plantaciones y enseres domésticos. “Hay lotes enteros de naranjales, arrozales y yucales que fueron cubiertos por el lodo totalmente”, afirma el alcalde Feliciano Mamani.
Hasta el momento, no existen cifras exactas de los daños producidos por los desastres naturales en el trópico cochabambino. Pero la Gobernación de Cochabamba, a través del Servicio Departamental de Agricultura, realiza los estudios correspondientes para calcular las pérdidas reales en cultivos.
CRISIS. La alimentación es otro de los problemas con los que tienen que lidiar día a día los evacuados. “Las raciones que nos reparten los de la Alcaldía no alcanza, somos muchos”, comenta Patricia Valeriano (30), una agricultora refugiada en una escuela de la comunidad de Tocopilla.
El municipio de Villa Tunari anunció que entregará víveres a las familias evacuadas sólo hasta el 15 de marzo, por la falta de recursos económicos. “Realmente no sabemos qué hacer con el tema de la alimentación. Estamos recurriendo a las empresas privadas y a la sociedad”, señala el presidente del Concejo Municipal de Villa Tunari, Hernán Alba.
“Todos queremos irnos a nuestros chacos lo antes posible, pero no se puede entrar y si nos vamos, no tendremos qué comer, ya que todo se lo llevó el río”, relata Victoriano Vedia, del sindicato Avaroa.
Los “inquilinos” que ocupan la escuela de Tocopilla acuden a los vecinos para alivianar la escasa dieta alimentaria que tienen. “Hoy, en horas de la mañana, los dueños y los estudiantes nos regalaron verduras y azúcar”.
En Villa Tunari, hay 238 personas afectadas, mientras en Villa 14 de Septiembre, se alojan 58. Según reportes, en Villa General Román no hay damnificados. Los evacuados a Villa 14 de Septiembre sobrellevan las mismas dificultades. Ellos, como asegura Leonardo Marca, son “forasteros” o “inquilinos” que lo perdieron todo.
70 niños están perjudicados
La escasa alimentación basada en carbohidratos y los constantes traslados ocasionan que los 70 niños (as) de las familias evacuadas, que pasan clases en un lugar improvisado desde el miércoles, tengan un bajo rendimiento escolar, dijo el profesor de la escuela de Tocopilla (comunidad situada en el trópico cochabambino), Víctor Velarde. Para él, la mala alimentación de los infantes influye sobremanera en su desempeño y desenvolvimiento personal. “Son niños que no pueden estar como los otros (chicos del lugar), ellos llegan y se cansan rápido y son los más distraídos”. La falta de material escolar es otra dificultad, tal como lo testimonia Miguel (9): “No tengo cuadernos, no pudimos sacar nada”.
Inician trabajos de encauce
Personal del Servicio Departamental de Caminos (Sedcam) y funcionarios de la Alcaldía de Villa Tunari procedieron el viernes a realizar los trabajos para el encauce del río 24, que permitirá compartir con el municipio de Shinaota las aguas del río Chapare. El canal del desfogue, que tiene un largo de 380 metros, un ancho de 10 y una profundidad de un metro, permitirá evacuar un 20 por ciento las aguas del río Chapare. El dragado se realiza en el punto dos de ese afluente (puente Alfonso Gumucio), dijo el supervisor de Obras de Villa Tunari, Wílder Flores.
“No estamos mandando el agua en un 100 por ciento, sólo pretendemos que baje menos agua por el margen izquierdo”. La apertura del canal trajo bloqueos de la vía Santa Cruz-Cochabamba y enfrentamientos entre pobladores de Villa Tunari y Shinaota, estos últimos se negaban a que las aguas pasen por su municipio por temor a inundaciones. “Logramos firmar un acuerdo con las autoridades de Shinaota para viabilizar la apertura”, dijo el líder del Concejo de Villa Tunari, Hernán Alba.
Nota: la prensa
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