Los descendientes de la familia Daza Ondarza cumplieron anoche un anhelo de varias generaciones. Con la entrega de una bio-bibliografía y un solemne homenaje póstumo, repusieron una “ingrata” omisión de la historia nacional que olvidó el legado de un valeroso ciudadano que entregó su vida por la libertad. Anoche, como se lo merece, el coronel Melchor Daza Orbé (1791-1866) recibió honores marciales y cívicos en un ceremonioso acto celebrado en el mismo lugar donde se fundó la patria, en la Casa de la Libertad.
Junto al coronel Daza, se homenajeó también a los miles de héroes anónimos que entregaron su vida por la independencia de Bolivia, pero que no figuran en las memorias historiográficas. Ese fue el motivo principal que inspiró a Ernesto Daza Rivero a retomar la obra que había iniciado su predecesor Ernesto Daza Ondarza, pero que no pudo materializar.
Tras el primer grito libertario de 1809, el coronel Daza se identificó con la revolución y combatió durante los 16 largos años hasta lograr la independencia. Medallas, victorias y lauros bélicos por doquier tuvieron como corolario su participación en la firma del acta de la independencia de Bolivia, como diputado por Potosí, junto a otros 47 patricios. Estampó su rúbrica, el 6 de agosto de 1825 en la Casa de la Libertad, en el mismo lugar donde anoche se le rindió honores en la dimensión de lo que fue e hizo por la patria.
El ministro del Tribunal Supremo de Justicia José Luis Baptista fue el encargado de comentar el libro escrito por Ernesto Daza Rivero, “Coronel Melchor Daza”, obra que recibió elogios por sustentar documentadamente sus páginas e incluir fotografías inéditas que aportarán a completar la historia nacional.
El acto cerró con una marcial intervención de los acordes de la banda musical del Regimiento de Infantería II Sucre.
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