Movilización indígena reaviva tensión entre Bolivia y EE.UU.

La marcha indígena en rechazo a la carretera que pasará por el TIPNIS amenazaba ayer con ahondar una larga crisis diplomática entre Bolivia y Estados Unidos, desvirtuando repetidos anuncios de una pronta normalización de relaciones entre los países.
Tras las expulsiones del embajador estadounidense y la agencia antidrogas DEA, hace tres años, ayer reflotó el pedido de que se eche a la agencia de cooperación USAID, por parte del director de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Fronteras (ADEMAF), Juan Ramón Quintana, ex ministro de la Presidencia y estrecho colaborador del presidente Evo Morales, con acusaciones de alentar la protesta indígena.
"Con la misma valentía con la que se expulsó al embajador Philip Goldberg y a la DEA en 2008, hay que asumir la expulsión de USAID como un acto de soberanía del Estado y de defensa del proceso de transformaciones estructurales y cambio", dijo el ex Ministro de la Presidencia, según refleja la agencia Reuters.
La declaración de Quintana fue hecha en el Palacio de Gobierno al día siguiente que el encargado de negocios de la embajada estadounidense concurriera a la Cancillería a dar explicaciones sobre una presunta colaboración de Washington con los marchistas.
Quintana, quien integraba el gabinete cuando Morales expulsó al Embajador acusándolo de injerencia política, lanzó su demanda de salida de USAID después de reunirse con el gobernante y varios ministros.
Washington expulsó también en el 2008 al embajador boliviano Gustavo Guzmán y retiró a Bolivia de un programa de beneficios comerciales, con lo que las relaciones entre ambos países cayeron a su más bajo nivel histórico.

LOS DESEOS, EN VEREMOS
La semana pasada, el canciller David Choquehuanca dijo que una lenta negociación de un "acuerdo marco" de nuevas relaciones entre Bolivia y Estados Unidos, que daría paso a un intercambio de embajadores, había avanzado "más del 99 por ciento" e incluía colaboración "de mutuo respeto" en lucha contra el narcotráfico.
El optimismo de Choquehuanca pareció desvanecerse desde el domingo, cuando Morales denunció que varios líderes de la marcha indígena habían conversado telefónicamente con miembros de la Embajada estadounidense durante la protesta iniciada la semana pasada.
El encargado de negocios estadounidense, William Mozdzierz, reconoció el martes en la Cancillería que funcionarios de su Embajada recababan información directa de las organizaciones sociales pero negó que existiera un apoyo a la protesta.
El diplomático defendió esos contactos como parte de una práctica diplomática legal y en un comunicado aseguró que "ni la Embajada de Estados Unidos en Bolivia ni ningún otro elemento del Gobierno de Estados Unidos ha otorgado ningún tipo de apoyo a la marcha indígena".
Pero el ministro de la Presidencia y canciller en funciones Carlos Romero dijo que el Gobierno de Morales consideraba que la Embajada estadounidense había cometido injerencia en asuntos internos, violando la Convención de Viena que regula las relaciones diplomáticas.
Quintana fue más lejos al asegurar que el supuesto apoyo estadounidense a la marcha indígena formaría parte de una estrategia de "transnacionalización de la Amazonía boliviana".
"La marcha indígena apoyada por USAID forma parte de una estrategia de desestabilización (...). Quieren convertir a regiones (del oriente boliviano) en reservas similares a las de Estados Unidos para privatizar la explotación de recursos naturales", añadió.

QUINTANA VE OFENSIVA “DESESTABILIZADORA”
La caminata es parte de una “segunda fase de la ofensiva desestabilizadora y de conspiración del gobierno de Estados Unidos" que se inició en 2008, cuando un "golpe (de Estado) se frenó con la expulsión del embajador (norteamericano, Philip) Goldberg”, dijo Juan Ramón Quintana.
Según la versión de Quintana –que leyó en rueda de prensa el intercambio de notas entre funcionarios de USAID con planes de cooptación de dirigentes indígenas–, el propósito de USAID es “desestabilizar el proceso judicial para los cargos judiciales de octubre de este año”.
Además, este plan "tiene el objetivo de dividir las organizaciones sociales, los pueblos indígenas de este proceso y el de enfrentar y generar conflictos para el empleo de la fuerza pública y la victimización de algunos sectores que están siendo manipulados políticamente", sostuvo.
"La salida de USAID es una decisión política de nuestro Gobierno. Simplemente estoy advirtiendo, informando al pueblo boliviano, sobre la amenaza que se cierne sobre nuestra estabilidad democrática y también sobre nuestros recursos naturales", agregó, al sugerir que si a la agencia estadounidense le queda un "adarme de dignidad" o "alguito de decencia" tendría que irse por su cuenta en lugar de esperar la expulsión del país.
Días antes el presidente Morales reveló contactos telefónicos entre un funcionario de la embajada de Estados Unidos con dirigentes de la marcha, según la agencia AFP.

DIRECTOR DE ADEMAF ASEGURA QUE ESTADOS UNIDOS TIENE PLANES EN ÁREAS PROTEGIDAS
El ex ministro de la Presidencia y actual director ejecutivo de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF), Juan Ramón Quintana, exhibió ayer documentos supuestamente desclasificados del Departamento de Estado de EEUU respecto a presuntos planes para convertir a los parques nacionales y áreas protegidas del país en reservas indígenas para transnacionalizar sus recursos naturales, para lo cual se habría invertido de manera unilateral 100 millones de dólares.
Argumentó que la agencia de cooperación estadounidense forma a los líderes de las etnias y financia sus proyectos para que respalden políticas medioambientales de Estados Unidos que buscarían la creación de reservas indígenas en la Amazonía y la explotación de sus recursos naturales.
Estos vínculos son, a juicio de Quintana, la razón por la que los indígenas realizan hoy una marcha para oponerse a una carretera que atravesará un parque natural del centro del país.
Morales dijo el fin de semana que está reflexionando sobre la petición de organizaciones sociales para "acabar con USAID", a la que acusó de estar haciendo "mucho daño" a Bolivia.

LA RESPUESTA DE INDÍGENAS
En respuesta, Adolfo Chávez dijo en tono sarcástico a los ministros Wálter Delgadillo y Teresa Morales, que todavía no le habían mandado la bandera de USAID para hacerla flamear, ayer, en el primer intento de diálogo en plena marcha.
También rechazó las acusaciones de Quintana con respecto a que el movimiento indígena forma parte de una conspiración política. “Esta mañana, señor ministro Delgadillo, el ex ministro de la Presidencia Juan ‘Camión’ Quintana, perdón, Juan Ramón Quintana, nos está asociando que somos parte del golpe cívico prefectural. No puede ser eso. Cómo se puede dirigir (así) por defender un territorio y exigir solamente nuestro humilde derecho que está constitucionalizado", expresó el Presidente de la CIDOB.
Rafael Quispe, de la CONAMAQ, señaló que no puede responder las “bajezas de un contrabandista”, en alusión directa a Quintana, que se vio involucrado en el ingreso irregular de camiones con contrabando en Pando.
Celso Padilla, dirigente guaraní, dijo que para ellos el Director de ADEMAF “no existe” porque “es un colgado del Gobierno”, por lo que no es un interlocutor válido.
Según la estatal ABI, el secretario de la Federación de Campesinos de Santa Cruz, José Antonio Chungara, ayer denunció que USAID financia una avioneta para los viajes del dirigente de la CIDOB, Adolfo Chávez.


Nota: Correo Del Sur

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