El 1 de Abril conmemoramos el aniversario del nacimiento de Potosí y la fecha estuvo matizada por la renovada polémica por el escudo de armas de esta ciudad. Para ser más precisos, recrudecieron las observaciones a la figura central del símbolo: un águila imperial, pero con las cabezas cortadas.
El actual escudo de Potosí, que la tradición escrita identifica como el tercero, comenzó a utilizarse recién en 1895, cuando Mariana Hochkofler viuda de Leytón bordó el símbolo para la escuela José Alonso de Ibáñez aplicando la descripción que apareció en la “Monografía del Departamento de Potosí” impresa en 1892. Antes de este año, este escudo, en el que aparece el águila con las “cabezas cortadas”, no fue utilizado jamás.
¿Por qué lleva las cabezas cortadas? En el segundo semestre de 2021, la Secretaría de Desarrollo Turístico, Cultural y Patrimonial de la Alcaldía de Potosí solicitó informes al respecto a la Sociedad Geográfica y de Historia “Potosí” y a la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP). Los resultados preliminares fueron expuestos en un coloquio en el que la segunda planteó la hipótesis de que las cabezas decapitadas serían la consecuencia de un error cometido al labrar el documento que el virrey Francisco Álvarez de Toledo habría firmado en 1575.
El año pasado, el tema fue retomado por la Comisión de Turismo, Cultura y Preservación de Áreas Históricas del Concejo Municipal, que preside Mirtha Guzmán. En noviembre se realizó una primera reunión de socialización en la que también participó el historiador Edgar Valda. La SIHP, que me encomendó el estudio, presentó un informe más amplio ratificando la tesis del error y todos los asistentes a esa socialización coincidieron en que es necesario introducir reformas al escudo.
Es un error
El 23 de marzo se realizó la segunda socialización y la SIHP presentó un informe final en el que no solo se ofreció pruebas documentales y materiales, sino también periciales; es decir, las opiniones de expertos en heráldica y vexilología que señalan, coincidentemente y por separado, que la figura del águila bicéfala es inexistente en esas disciplinas.
Por ejemplo, Pedro León afirma, en su blog de humanidades, que el escudo de armas de Potosí es “un caso complicado” puesto que el documento de Toledo “dice: ‘... un águila ymperial con dos cabezas cortadas y una corona en medio de las dichas dos cabezas ...’. Este pasaje de redacción ambigua ha dado pie a que se interprete que se trata de un águila decapitada, lo cual es una interpretación muy audaz, ya que el virrey Toledo quiere ennoblecer más a la ciudad y no avergonzarla, cortando las cabezas del águila bicéfala imperial que su escudo ya gozaba. Más probable creo que se debe interpretar que ‘cortadas’ simplemente quiere decir ‘separadas’, pues luego menciona que la corona va sobre las "dos cabezas", no dos cuellos decapitados)”.
Veamos otras opiniones:
En un correo electrónico que me mandó, en abril de 2022, el secretario de la Sociedad Española de Vexilología, José Manuel Erbez, dice:
“Aunque nuestra asociación está especializada en Vexilología, y no en Heráldica, puedo garantizarle que, si existiese algún ejemplo de águila bicéfala decapitada, éste sería algo excepcional y de ninguna manera una figura común o frecuente.
“De hecho, a mí no me consta ningún caso, aparte del que usted nos ha comunicado en relación con Potosí.
“Tampoco nos consta ningún documento de concesión de armas a esa ciudad. Es posible que el original del texto que usted nos envió hace tiempo se encuentre en el Archivo General de Indias o en el Archivo General de Siimancas, pero, para saberlo, debería usted contactar con dichos archivos.
“Como ya le comentamos en dicha ocasión anterior, nuestra opinión es que, cuando el texto habla de cabezas cortadas, se refiere a que las cabezas están separadas una de la otra (como es normal en una figura bicéfala), porque es la única interpretación que tiene sentido”.
La siguiente es la opinión de José Luis Calvo Pérez, miembro Correspondiente de la Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía:
“Dentro de mi escaso bagaje de conocimientos, con toda humildad le hago llegar mis impresiones acerca del actual blasón que, con errores y aciertos, viene usando la Imperial Ciudad de Potosí.
“En primer lugar, haré expresa mención a la real resolución (disposición jurídico-administrativa a medio camino entre la ley, las ordenanzas o cédulas reales de uso muy común en España desde el s. XIII hasta el s. XVI, emitida por el Rey y firmada por éste, o bien con su consentimiento, en el caso que nos ocupa firmada por el virrey Toledo), datada en Arequipa el 2 de agosto de 1575, de la cual, parece ser, parten todos los errores que hoy de forma notoria se manifiestan en el mencionado escudo, al haber sido mal interpretada la resolución de Toledo.
“Bien, esta real disposición ha sido, parece ser, cuestionada por algunos reconocidos historiadores. Es posible que la transcripción efectuada por D. Modesto Omiste adolezca de algunos errores de transcripción, toda vez que la complicada grafía del s. XVI, no siendo experto en paleografía, hoy es difícil de entender correctamente el significado de algunas palabras, las cuales pueden interpretarse de manera diferente a lo que realmente expresan.
“Refiriéndose al águila imperial bicéfala, resulta difícil o imposible comprender la expresión de cabezas ‘cortadas’. Esto, según mí corto entender, es una verdadera aberración que el águila bicéfala del Imperio, por lo que significa y representa, aparezca con las cabezas cortadas, ya que esto es igual que si se la cortaran al propio Emperador. En suma, esto representaría un acto de afrenta y ultraje a la Corona que, de ninguna de las maneras, el virrey podía permitir y menos aún firmar de su propia mano.
“Lo anterior puede entenderse como un caso de transcripción errónea al confundir el término de cabezas ‘coronadas’ (es posible que en el manuscrito original se expresara esto) como cabezas ‘cortadas’. Así pues, el término ‘cortadas’ de la transcripción parece que viene, así lo creo, bastante confuso, por eso sería muy interesante estudiar, si es que existe, el manuscrito original para poder verificar este supino error, cometido (¿intencionadamente?) en los escudos que hizo la República.
“Las cabezas del águila imperial de Carlos I siempre van y deben ir coronadas”.
Ignacio Miguel Gavira Tomás, académico correspondiente de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y editor de la web heraldicahispanica.com me envió un artículo completo con el título “El águila decapitada del escudo de la Villa Imperial de Potosí” del que extraigo estos párrafos:
“Lo más sorprendente es la justificación que se aporta para explicar la decapitación del águila imperial: ‘Con el águila decapitada se desvincula la relación que existía desde 1547 con el imperio (sic) Sacro Imperio Romano Germánico que a través de Carlos V se implantó en el primer escudo de armas y continuó con su hijo Felipe II’. Según esta teoría, me parece entender que la decapitación del águila imperial era la forma de hacer ver que ya no había relación con el Sacro Imperio, y esto ¡en tiempos de Felipe II!
“Esta teoría, a mi juicio, carece de todo fundamento ya que, si esto fuera así, veríamos águilas decapitadas por todo el territorio de la Monarquía Hispánica, a partir de la abdicación del emperador en su hijo Felipe II que, recordemos, no heredó el imperio ni la corona austriaca, que quedó en manos de su tío Fernando y no podía usar, por tanto, el águila imperial como emblema personal.
“La única justificación que se me ocurre para las cabezas decapitadas del escudo es que alguien con poco conocimiento heráldico interpretara que las cabezas del águila estaban separadas de su cuerpo por el escudo, y por eso las describe como “cabezas cortadas”, induciendo a la confusión posterior. En ningún caso creo que al virrey se le ocurriera decapitar al águila imperial del escudo, porque lo más probable es que el que acabara decapitado fuera él mismo, por la grave ofensa contra los símbolos imperiales del padre del rey”.
Por tanto, no solo es mi opinión, o la de la SIHP. Todos los expertos consultados no solo dicen que en heráldica no existe la figura de un águila decapitada sino que, además, consideran que la interpretación fue un error que cometió la persona que transcribió el texto original de Toledo, o tomó su dictado.
Y no es el único error en el escudo, sino que existen otros que expondré en posteriores entregas.
0 Comentarios