La Paz, 19 feb (EFE).- La Iglesia católica y autoridades de Bolivia lamentaron este miércoles la muerte del sacerdote español Nicolás Castellanos, que renunció hace más de tres décadas a la diócesis de Palencia para trabajar por los más pobres en la ciudad oriental de Santa Cruz, un “legado imborrable” que también fue recordado en el país suramericano.
El Proyecto Hombres Nuevos (PHN), fundado en Bolivia por el sacerdote leonés, confirmó en una publicación en Facebook que Castellanos, obispo emérito de Palencia, murió en la mañana en Santa Cruz.
“Nicolás Castellanos Franco dedicó su vida a mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos, dejando un legado imborrable en nuestra comunidad. Su pasión y compromiso seguirán siendo una fuente de inspiración para todos nosotros”, agregó.
La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) recordó a Castellanos como “un gran misionero, conocido por su generosidad y calidez humana” y elevó oraciones “por su descanso eterno”.
La Gobernación de Santa Cruz expresó su “profundo pesar” por la muerte de Castellanos, “un hombre que dedicó su vida al servicio, dejando un legado de solidaridad, justicia y amor por los más necesitados”.
Mientras que la Alcaldía de esa ciudad destacó que fue un sacerdote que “entregó su vida al servicio de los niños, jóvenes y familias más necesitadas y que amó la cultura cruceña, convirtiéndose en un embajador de la misma”.
En un mensaje en sus redes sociales, el gobernador suspendido de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, también manifestó su “pesar” por la muerte de Castellanos, “un amigo, un guía, un ser humano increíble”.
“Hombre de fe, incansable en su labor para con los demás. Sus obras son el legado que permanecerá vivo en los corazones de las miles de personas a las que les cambió la vida. Dios ya lo tiene en su gloria”, añadió.
“Dios lo tenga en su santa gloria. Gracias Monseñor Nicolás Castellanos por acercarnos el evangelio desde su testimonio de vida”, escribió por su parte la exvicecanciller y exembajadora de Bolivia en España Carmen Almendras.
También se manifestó el vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Francisco Vargas, quien mencionó que el religioso “dedicó su vida al servicio de la gente más humilde, especialmente en el Plan 3.000”, un barrio populoso de Santa Cruz.
Obra incansable
Nacido en un pueblo de León en 1935 en una familia de labradores, Castellanos fue obispo de Palencia durante 13 años, hasta 1991, cuando abandonó esta diócesis para dedicarse a la labor misionera en Bolivia.
Después de que el papa Juan Pablo II aceptara su renuncia, el sacerdote se estableció en 1992 en el Plan 3.000, llamado así porque acogió a ese número de familias que se habían quedado sin casa por una crecida en 1983 del río Piraí, que bordea Santa Cruz.
El Plan tiene ya centenares de miles de habitantes, y aunque Santa Cruz sea la región más próspera de Bolivia, esa zona en particular es una de las más necesitadas, por lo cual Castellanos fundó el Proyecto Hombres Nuevos con los pilares de la educación, cultura, salud, vivienda y promoción social.
Más de un centenar de escuelas se construyeron en el país por impulso de Castellanos, cuyo proyecto también desarrolla programas culturales con una escuela de teatro en el Plan 3.000 y una orquesta sinfónica que en 2017 ofreció un concierto al papa Francisco, entre otros.
Entre 1991 y 2020, recibió más de medio centenar de distinciones en España y Bolivia, entre ellas el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1998.
En 2021, la Fundación Hombres Nuevos, con sede en Palencia, y el PHN impulsaron su candidatura al premio Nobel de la Paz “por toda la trayectoria” del sacerdote por los pobres.
Castellanos cumplió 90 años el 18 de febrero, un día antes de su fallecimiento. EFE
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