Cochabmba: “La asistencia es un derecho de los pobres”


Norberto Alayón fue invitado por la Master Bolivia Consulting -foto: BENJAMÍN JAMES

La mayor vulneración de los derechos es la pobreza. El que tiene dinero accede a los derechos y el que no, queda constreñido en la carencia de derechos. Así resume el trabajador social argentino Norberto Alayón la situación de desigualdad que se vive en América Latina.
Alayón, quien fue el invitado principal de las Jornadas de Exclusión Social del 20 al 21 de mayo en Cochabamba, cuestiona la extrema pobreza y el funcionamiento antidemocrático, e inequitativo de la sociedad. El asistencialismo es, según el trabajador social y docente de la Universidad de Buenos Aires, "una excrecencia (anormalidad) del sistema capitalista imperante. Primero genera la pobreza y después reparte unas migajas, en la línea de generar control social y evitar mayores conflictos sociales".
La asistencia es cuestionable, pero necesaria, si el Estado no garantiza empleos dignos. "Mientras no haya esto, la asistencia es un derecho", dice.
ABANDONO Alayón asegura que "no se puede dejar a la gente librada a la buena de Dios". En América Latina hay vastos sectores populares con carencias muy marcadas. Por ello, es necesario darles asistencia y ayudarles a reducir su problema.
¿Cuánto significa para una persona que su hijo no se muera de hambre? Con la asistencia no se solucionan todos los  problemas, pero se evita que ese niño se enferme y se muera de hambre. Para la mamá o papá de ese niño la asistencia  significa el hecho político más importante.
"No nos proponemos quedarnos en la mera asistencia", aclara Alayón, al alertar contra esas prédicas que dicen en abstracto, que "la asistencia no sirve para nada". La asistencia "es un derecho de la gente que ha estado expoliada, subordinada, excluida y marginada. Ese grupo social tiene derecho a que el resto de la sociedad les repare, por lo menos parte de su problema", reitera.
Alayón recomienda aplicar políticas sociales para crear empleos extendidos, con salarios dignos y suficientes. El empleo debe ser formal, con seguridad social, con aportes jubilatorios y aporte social, así como con salarios dignos que permitan vivir a la persona y a su familia.
Se requiere de políticas sociales universales que puedan cubrir las necesidades de alimentación, salud y educación, que son derechos básicos de cualquier persona.
"Si la gente no come y no se educa, reproduce el círculo vicioso de la pobreza", dice.
VALORES Alayón destaca que, a pesar de que los sectores excluídos han tenido la desgracia de explotación extrema, la ventaja es que han podido mantener viejos criterios de las culturas originarias ligados a la solidaridad, y a la cooperación, que  son valores distintos a la lógica que predomina en el sistema capitalista vigente en la mayoría de los países latinoamericanos.
El principio del capitalismo es la desigualdad y el afán de lucro. Esto confronta y colisiona con determinadas concepciones de las comunidades originarias que hacen de la cooperación y solidaridad un estilo de vida.

Hay que erradicar la violencia

Los trabajadores sociales deberían despegarse de una especie de opinión cándida de que los pobres son buenos en sí mismos, recomienda el trabajador social Norberto Alayón.
"En los sectores pobres hay violencia familiar, alcoholismo marcado, violación de niños, etc. Más allá de que uno se adscriba a la causa de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, no se puede apañar, ni proteger la violencia ", indica.
Alayón quedó impactado por una escena que observó en "Villa Piolín", en Buenos Aires, donde residen algunos inmigrantes bolivianos. Allí vio que una mujer era golpeada por su pareja y cuando trató de tranquilizar al agresor, la mujer lo increpó "¿Y usted quién es para meterse? él es mi esposo, tiene derecho a pegarme". Alayón reflexiona que en los sectores populares hay una naturalización de la violencia hacia la mujer que reproduce la situación de desigualdad, lo cual debe cambiar, sugiere.

Asamblea trata la Ley de Abrigo

José Ivankovic (*)
Asambleísta departamental
La "Ley de Abrigo" tiene por objeto establecer la prestación de servicios de asistencia social para la atención integral a los indigentes en el territorio del departamento de Cochabamba.
Para la prestación de servicios de asistencia social integral a los indigentes se implementarán albergues con los siguientes servicios mínimos:
- Alojamiento nocturno, cama y frazadas;
- Alimentación, cena y desayuno;
- Higiene, baños y aseo personal;
- Dispensario de enfermería y traslado al establecimiento.
Para el cumplimiento de esta ley, el gobierno autónomo departamental podrá constituir mancomunidades y subscribir convenios intergubernativos con los gobiernos municipales, así como obrar en concurrencia con las entidades públicas de los diferentes niveles territoriales de la administración.
La Gobernación promocionará la la participación y el control social, que permitan a la sociedad civil organizada involucrarse en el diseño, evaluación y seguimiento de los servicios, programas y proyectos de asistencia social integral a los indigentes.
Para la prestación de servicios de asistencia social integral a los indigentes, el órgano ejecutivo departamental consignará una partida dentro de su presupuesto anual. La financiación de los programas y proyectos de los servicios sociales podrá provenir de agencias de cooperación, de instituciones privadas sin fines de lucro y de donaciones particulares.
La Ley de Abrigo busca el respeto a la dignidad humana, que es un derecho fundamental de toda persona, reconocido por la Constitución Política del Estado.

Nota : Opinion

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