Hasta hace escasas semanas era difícil imaginar que el Presidente Evo Morales tendría que enfrentarse a una movilización indígena en su contra, ya que nadie discute, ni sus enemigos, que sea él quien encarne el movimiento indígena boliviano y sea un referente fundamental para el resto de las organizaciones indígenas de la región. El enemigo nacional a combatir, hasta el momento, ha sido la "oligarquía egoísta" del Oriente, cuyo objetivo era dividir el país, según la visión del gobierno y ante esta amenaza las organizaciones indígenas habían cerrado filas en torno al gobierno. Bien es cierto que el apoyo prestado desde el principio a Morales no es incondicional ni gratuito y diferentes lideres indígenas han afirmado que su apoyo esta condicionado a la fidelidad que Morales mantenga a sus promesas respecto a las demandas indígenas.
Aunque en la protesta no participan todas las organizaciones indígenas del país, sino únicamente los líderes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), éstos decidieron iniciar una marcha desde el Oriente del país hasta La Paz, el 21 de junio pasado, para exigir una mayor representación en el legislativo y rechazar el proyecto de Ley de Régimen Electoral. La demanda exige que la representación de las minorías asciendan de 7 a 18 miembros en la Asamblea Legislativa. Una demanda que el Presidente considera desproporcionada y anticonstitucional. A esta exigencia se sumarian otras dos relacionadas con la asignación de recursos por parte del Estado para las autonomías indígenas que se están creando, en igualdad de trato con las autonomías municipales y departamentales en el marco de Ley Marco de Autonomías.
El caso de esta marcha indígena iniciada desde Oriente es la mas abierta y expresiva oposición al gobierno, realizada hasta el momento, sin embargo ya han tenido lugar otros desencuentros que han creado malestar y que han obligado a recordar al Presidente el carácter condicionado que el movimiento indígena presta a su líder. Un ejemplo es la intención gubernamental de omitir la consulta sobre la explotación de recursos a las etnias, pese a que éste es un derecho establecido en la Constitución promulgada en 2009. Ante esta retensión, uno de los "mallkus" (jefes) del influyente Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), Rafael Quispe declaró que "el proceso de cambio por el que hemos luchado ha sido distorsionado, ha cambiado de rumbo, porque ideológicamente lo que pregona el hermano Evo Morales no lo práctica". De persistir dicha distorsión si es previsible la perdida de mas apoyos dentro del movimiento indígena.
Pero si era difícil, aunque no imposible, debido a la pluralidad característica del movimiento indígena, que surgieran fracturas en torno al apoyo del Presidente, mucho mas inverosímil son las declaraciones realizadas por éste acerca del origen de las actuales protestas. El mandatario boliviano no ha tenido ni el más mínimo reparo en utilizar el argumento tradicional de "la oligarquía racista" que él combate con tanto tesón. Este ha declarado que las protestas se deben a la manipulación de la que ha sido objeto la población indígena, por parte de organizaciones norteamericanas. Según el gobierno, la agencia de cooperación estadounidense USAID es la responsable de promover la movilización, a través de los proyectos que financia. De hecho el propio Evo Morales advirtió que "si USAID sigue trabajando así no me va a temblar la mano para expulsarla USAID...(existe una) continua conspiración del imperio yanqui (EE.UU.)". Además del sesgo antiimperialismo de la declaración, tan característica en el discurso oficial, esta idea de la manipulación tiene su origen en la supuesta inferioridad y minoría de edad con la que históricamente se ha calificado a la población indígena. Esta limitación es la que, según esta estereotipación, incapacitaría a los indígenas a tomar iniciativas propias y les haría tan vulnerables a cualquier manipulación. De hecho no es sólo la oligarquía, tanto la derecha como buena parte de la izquierda han estado impregnadas de un racismo que ha mediatizado su imagen sobre la población indígena. Pero cuesta trabajo pensar que también haya calado en el primer presidente indígena que ha tenido Bolivia.
Nota : Atenea Digital
Las protestas indígenas en Bolivia contra Evo Morales: manipulación gringa o desciendo con el gobierno?
julio 13, 2010
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