LA PAZ -- La tranquilidad retornó el viernes a las calles de Bolivia tras una jornada de protestas y disturbios en rechazo al alza en el precio de los combustibles que dejó 15 heridos y más de 20 detenidos.
En ciudades como La Paz, El Alto y Cochabamba, en las que el jueves se registraron destrozos en instituciones públicas y choques entre la policía y protestantes, la banca, los negocios privados y el transporte público operaban con normalidad.
Sin embargo, se mantiene latente la molestia de varios sectores, que anunciaron que la próxima semana retomarán las protestas si el gobierno no deroga el decreto que incrementó en un 73% el precio de la gasolina, 83% el del diesel y 99% el del jet fuel; medida ya popularmente conocida como "gasolinazo".
El presidente Evo Morales anticipó que no retrocederá en la medida e intentó apaciguar los ánimos con otro decreto que aumentó un 20% los salarios de las fuerzas armadas, policía y trabajadores de la salud y educación. A su vez ofreció mediar para que las empresas privadas otorguen un incremento similar.
Esta medida es la más antipopular y la que ha causado más rechazo en los casi cinco años de mandato de Morales.
Trabajadores de la mina más grande de Bolivia, la estatal Huanuni, harán una marcha en el departamento de Oruro y resolvieron realizar una huelga de 24 horas el próximo martes.
En las otras ocho regiones del país también se anunciaron más protestas.
Nota : El Nuevo Herald
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