Deslizamiento en La Paz crece y aumenta la incertidumbre

La Paz, 2 mar.- Más de 200 efectivos de la Escuela Naval Militar, voluntarios de los scouts de Bolivia y personal de diferentes instancias de la Alcaldía de La Paz procedieron ayer a evacuar alrededor de 2.000 personas de los sectores aledaños a Callapa y Kalliri, donde se produjo un nuevo movimiento geodinámico que amenaza a un número indeterminado de viviendas.
De esa manera, el deslizamiento de grandes proporciones iniciado el sábado en varias zonas de riesgo del macrodistrito San Antonio se extendió con rapidez a la zona Sur de la urbe paceña, donde el inusual trajín de los grupos de emergencia de la Alcaldía inquietó a los vecinos de diferentes estratos sociales.
Esa situación, sumada a la que atraviesan actualmente los casi 6.000 damnificados que fueron trasladados a viviendas temporales prefabricadas, unidades educativas, casas comunales e incluso carpas, deja en el ambiente un clima de incertidumbre.
“Es algo que no se puede describir, existe intranquilidad, no sabemos qué va a pasar con nosotros y nuestras familias, nos ponemos nerviosos con el transcurrir de las horas y a veces dan ganas hasta de cometer una tontería”, dijo Juan Flores, uno de los afectados en los albergues habilitados por la Alcaldía.
El trágico deslizamiento, iniciado en la colorida zona del Valle de las Flores el sábado pasado, siguió su paso destructor por las zonas de Kupini II, Pampahasi Bajo Central, Santa Rosa de Callapa, Callapa, 23 de Marzo, parte del Cerro Cervecería y también parte de Metropolitana.
Sin embargo, ayer llegaron al sector de Kalliri, poco después del mediodía, los efectivos de la Fuerza Naval y comenzaron la labor de evacuación, con la finalidad de evitar desgracias personales en los habitantes, muchos de ellos de condición humilde.
Yola Cama, una mujer de pollera, relató que el deslizamiento se produjo en horas de la mañana (ayer), lo que causó gran temor en los habitantes del sector. “Los de la Alcaldía nos dijeron algo ayer (el lunes) y la gente ha hecho grupos para rezar y pedir que no pase nada, pero ahora muchos se van”, añadió.
Es así que mientras la cantidad de damnificados aumentaba minuto a minuto con las nuevas evacuaciones y un mayor número de casas se rajaba o desmoronaba, el Gobierno y las alcaldías de La Paz y El Alto, además de la Gobernación, lanzaron la campaña Todos solidarios, Bolivia una sola con el propósito de canalizar la ayuda para los damnificados del municipio de La Paz.
Mientras tanto, en las vías de acceso a las zonas afectadas por el deslizamiento ya se escuchaban las voces de protesta de los damnificados de algunos sectores que no recibieron casi ninguna atención, y denunciaron una mala canalización de la ayuda.
Según los vecinos, el Gobierno donó mucha ropa nueva, pero los funcionarios de la Alcaldía paceña la hicieron desaparecer y sólo llevaron vestimentas viejas que incluso no sirven para nada, razón por la cual se exigió que la ayuda sea manejada con mayor responsabilidad.
En los albergues habilitados por el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (GAMLP) la situación era la misma de ayer, pues la confusión aún reinaba al punto que no había una organización para hacer frente a la emergencia y tomar recaudos, sobre todo en temas sanitarios para evitar enfermedades.
Un claro ejemplo de ello fue evidenciado por Cambio en la escuela 24 de Junio, donde uno de los patios fue convertido en baño, mientras los niños que acudieron para recibir algunas instrucciones y tareas de sus maestros, y también los menores refugiados en las aulas, jugaban cerca de los excrementos.
En la unidad educativa Delia Gambarte, por ejemplo, los afectados conviven con sus mascotas que lograron rescatar de la tragedia y producto de ello los perros deambulan por los patios, aunque se observó que encontraron amigos y son inofensivos.
Se hace evidente que en cada uno de los albergues que acogen a gran cantidad de personas se requiere de una autoridad responsable que ponga algunas reglas de limpieza, a fin de evitar problemas de salubridad y también entre familias.
En los lugares afectados, algunas personas trataban de rescatar otras pertenencias aprovechando el buen tiempo que hizo en la mañana de ayer y otros vecinos acudieron al Cementerio de Callapa, lugar donde muchos se arriesgaron al borde del precipicio y las grietas para sacar los restos de sus seres queridos.
En el lugar se evidenció que muchos grupos familiares ya habían exhumado varias tumbas y otros se aprestaban a hacerlo, con la finalidad de llevar los restos a sus domicilios hasta encontrar otras sepulturas en el Cementerio General o donde puedan ser recibidos.
Así, con diferentes matices, los damnificados de las 140 hectáreas de 10 zonas vivieron un día más en medio de la tragedia que sigue su curso y afecta a más personas que ahora requieren de la solidaridad.


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