El hombre había llegado por su cuenta a una clínica privada el lunes. Fatigado y nervioso, dijo a los médicos que se sentía mal. Lo atendieron y verificaron que se trataba de un “tragón”, como se denomina a las personas que ingieren envases de cocaína para burlar los controles policiales. Lo derivaron al hospital San Juan de Dios, porque requería de una operación urgente. De esa manera, lo operaron y le extrajeron envoltorios con cocaína líquida y, cuando se pensaba que iba a recuperarse, falleció ayer por la madrugada.
“Voy a pedir un informe al médico que lo intervino y al forense para ver qué pasó, porque estaba consciente cuando lo dejamos en la sala. Yo fui a tomarle su declaración, pero se acogió al silencio. De todas formas, lo iba a presentar ante un juez, pero a las 4:00 me llamaron para decir que había muerto”, dijo la fiscal Jeannete Velarde.
El médico forense Hugo Cuéllar practicó la autopsia al cadáver y comprobó que Alejandro Román murió de una intoxicación aguda que le produjo un paro cardiorrespiratorio y daño cerebral.
“Hemos tomado muestras de sangre y de orina para someterlas a pruebas de laboratorio”, agregó.
0 Comentarios