María Jesús Galán, que digitalizó el archivo del monasterio toledano de los dominicos y recibió un premio de la Junta de Castilla-La Mancha, asegura que inicia una nueva etapa "sin rencor"
Galán ha eludido pronunciarse sobre los motivos exactos de su marcha, alegando que "ya ha pasado todo y no merece la pena hurgar en la herida. Estoy en paz y sin ningún tipo de rencor". En su perfil de la red social se ve ahora la foto de una mujer en blanco y negro que llora.
El Arzobispado de Toledo también ha rechazado opinar sobre el asunto, afirmando que se trata de una orden religiosa, la de los dominicos, "con sus propias reglas". Fuentes del entorno de la monja apuntan que, tras la decisión, está el descontento de la jerarquía eclesiástica con una religiosa que cada vez adquiría mayor notoriedad pública en los medios de comunicación y en internet.
En mayo de 2010, Galán recibió la Placa al Mérito Regional del Gobierno de Castilla-La Mancha por su "labor de catalogación de documentos y libros de la biblioteca conventual, la introducción de tecnologías en un ambiente tradicional y la contribución a su difusión por la Red".
Para esta monja, a quien le gusta "leer, la música, el arte y tener amigos (ya son casi 300 en Facebook)", internet "tiene cosas buenísimas y, si eres una persona limpia, que buscas un contenido para tu trabajo, un esparcimiento, te puedes encontrar con Dios", ha contado hoy a la Cadena SER. Por ejemplo, cuando "buscas diccionarios y hallas la página de la Real Academia Española" o a la hora de "conocer citas de la Biblia". No en vano ella logró vencer la resistencia de algunas de sus compañeras para comprar un ordenador en el convento, fundado en el siglo XIV.
Galán asegura: "Nací feliz, vivo feliz y moriré feliz.., a pesar de que me echaron del monasterio por tres keniatas ambiciosas". Ahora busca trabajo y quizás pueda cumplir uno de sus sueños: viajar a Londres y a Nueva York. Fe no le falta. "Es un cambio de vida, pero no una tragedia. Dios es muy bueno y me ayudará".
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