Nuevo capítulo de escándalo para Urbas. La compañía española, que acaba de hacerse con el control de la adjudicataria que construye el tren eléctrico a Cochabamba (el primero de sus características en el país) se enfrenta a una demanda por estafa interpuesta por uno de sus subcontratistas, la Asociación ArqPro Kapra, que le reclama varios impagos.
ProKarma ha abierto dos procesos por estafa y la reclamación de una deuda contra Intervías (filial del consorcio adjudicatario de la obra) y las empresas que lo forman: la española JOCA, filial de Urbas y Molinari Rail de Suiza. La demandante ha pedido al Ministerio de Obras Públicas boliviano colaborar en la investigación y “proteger a la empresa boliviana”.
Urbas y Molinari conforman la Asociación Accidental Tunari (AAT), consorcio que se adjudicó sin licitación la construcción del proyecto del tren por 447 millones de dólares (casi 413 millones de euros) hace cinco años. Para la obra se subcontrató, a través de Intervías, a ArqPro Kapra para hacer la vía.
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