Desde hace meses, el rector Wálter Arízaga alerta sobre esta situación que a la fecha prácticamente no cambió en nada, según sus palabras.
La autoridad académica explicó que desde la gestión 2007, la regional de la Aduana Nacional tiene en su poder seis contenedores con una variedad de equipos médicos, producto de las donaciones del Organismo No Gubernamental (ONG) Salud y Bienestar, creado por la casa de estudios superiores.
San Francisco Xavier tiempo atrás sugirió que el sistema de la universidad boliviana plantee a la Asamblea Plurinacional una Ley de excepción, para que todas las donaciones tramitadas por las universidades sean liberadas de impuestos y aranceles de importación, porque no tienen fines lucrativos, sino de servicio y formación para los estudiantes.
Los seis containers tienen insumos médicos entre ellos ecocardiógrafos, camas, catres modernos, sillas de ruedas, burritos y muletas que fueron enviados desde Dinamarca
“Es inadmisible que donaciones que se tramitan para beneficiar a la Universidad, una entidad pública al servicio de la población, tengan que enfrentar una serie de tropiezos por carecer de un decreto que pueda liberarlas de cobros”, manifestó Arízaga.
Con la posibilidad de que los donantes transfieran los equipos e insumos médicos a otros países por el tiempo transcurrido, en el que los equipos podrían verse afectados por la falta de uso, el Rector esta viendo cómo se puede liberar los contenedores de la Aduana, pues estos artefactos son necesarios para el Hospital Universitario y para beneficiar a las carreras que San Francisco Xavier tiene en varias provincias de Chuquisaca.
Unos meses atrás y a través de una nota oficial, el gestor de las donaciones, Anton Boel Villadsen, dijo a Arízaga que hay otros diez containers para enviar a Bolivia, pero estos equipos se perderán porque hasta ahora no se desaduanizan los primeros.
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