Cayó como un balde de agua fría. La respuesta pública que el presidente Evo Morales dio al pliego petitorio del movimiento indígena acabó con el último gramo de confianza que le tenían, pues el Mandatario dijo a través de medios estatales que hay un registro de llamadas entre los teléfonos de los dirigentes originarios y la Embajada de EEUU que prueba que el Gobierno de ese país está detrás de la marcha en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Tres televisores y dieciséis radios trajeron la respuesta al campamento en San Ignacio de Moxos.
Cuando se ha cumplido el séptimo día de la movilización por la dignidad y el territorio, el diálogo quedó en segundo plano con las duras palabras del Presidente en contra de los marchistas. Las declaraciones del primer hombre del Gobierno se producen dos días después de que el canciller David Choquehuanca aseguró que sólo faltaba un paso para firmar el acuerdo marco de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Bolivia y EEUU, en el que trabajan ambos países desde hace meses.
LA ACUSACIÓN
Es de día y hace frío en la pascana de los marchistas. Moxeños, yuracarés, guaraníes y aimaras se arropan en el tumulto que se ha formado alrededor de cada radio o televisor que hay. Todos quieren saber si el primer Presidente indígena del país va a “bajar” desde Palacio Quemado o no. El Mandatario comienza a hablar y repasa los dieciséis puntos del pedido de los originarios (ayer sumaron tres demandas más).
“Miren (el extracto de) las llamadas que la Embajada de los EEUU le ha hecho al compañero Quispe”, dice el Presidente, mientras muestra una hoja de papel que tiene números de teléfono y la fotografía de Rafael Quispe, Mallku del Consejo Nacional de Ayllus y Marqas del Qollasuyu (CONAMAQ). Quispe está en el campamento de los marchistas y se sonríe cuando escucha la noticia. Eliseo Ravelo, asesor jurídico de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), también intercambia llamadas con la Embajada estadounidense, según Morales
Pero hay más denuncias. El Jefe de Estado señala, luego, en el papel y dice que la esposa de Adolfo Chávez, presidente de la CIDOB y la esposa del asambleísta indígena por el MAS, Pedro Nuni, participaron en talleres facilitados a los indígenas por ONGs que reciben financiamiento de la agencia de cooperación norteamericana USAID. La bronca de los marchistas aflora a voz en cuello y nadie se quiere quedar callado.
Algunos juran nunca más creerle, otros dicen que el Mandatario indígena perdió el voto de las 36 etnias y pueblos originarios del país. Las reacciones se dan al calor de las declaraciones.
“Rechazo totalmente haber llamado a la Embajada americana”, fue la reacción del Mallku de CONAMAQ. Quispe sostuvo que la única vez que tuvo relación con esa delegación diplomática y que llamó a uno de sus números telefónicos fue cuando en 2010 tramitó su visa para poder viajar a Nueva York, a la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde denunció al Gobierno por instalar una planta metalúrgica en Corocoro, Oruro, sin consulta previa a los indígenas.
Para el Mallku, lo único que prueba el Presidente es que está violando la privacidad de sus conversaciones.
ACLARACIÓN
Para el Jefe del Estado, con el extracto de llamadas de la Embajada de EEUU a los dirigentes de la marcha se demuestra que la movilización que rechaza el tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos es un movimiento político internacional, hecho por el que ha pedido al canciller Choquehuanca que llame hoy a la diplomacia estadounidense y les pida explicaciones sobre cuál es su papel en esta movilización.
“En lugar de atender el problema sólo lo profundiza, que cómodo es acusar desde La Paz”, dijo Dionisio Puma, principal dirigente de la subcentral del Sécure en el TIPNIS.
Los marchistas cuestionan el “pinchazo” de teléfonos de la dirigencia indígena, que en su criterio no comprueba “ninguna relación con el imperialismo norteamericano”.
Morales sostuvo que no tiene porqué reunirse a solas con los indígenas y que si ellos quieren dialogar sobre el conflicto provocado por el diseño de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, pues deben viajar a La Paz.
MEDIDAS A TOMAR
Cuando llegó la noche, llegó la serenidad a la dirigencia de los marchistas para atender el nuevo problema.
El comité político de la movilización definió no responder las declaraciones del Mandatario, reunir la mañana de hoy a los presidentes de las 12 subcentrales de la CIDOB para analizar las medidas a tomar.
El dirigente de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (CIDOB), Ernesto Sánchez, confirmó que hoy reiniciarán la marcha hacia La Paz. “El lunes reiniciamos la marcha a La Paz, vamos a caminar unos 18 kilómetros el lunes y si no hay diálogo, si el Presidente no viene, llegamos a La Paz" en unos 35 días más aproximadamente, aseveró.
UN MARCHISTA MUERE
La madrugada de ayer la tragedia enlutó la marcha indígena. El adolescente Pedro Moye Noza, de 14 años, falleció luego de permanecer en estado grave por tres días en un centro asistencial de Trinidad.
Moye, junto a otro joven, Rigoberto Chávez, el jueves cayeron de una camioneta en la que se transportaban víveres para los indígenas que participan de la octava marcha en defensa del TIPNIS. El hecho sucedió kilómetros antes de llegar a la localidad de San Ignacio de Moxos.
Chávez, con heridas leves, fue atendido en una posta sanitaria de San Ignacio de Moxos el mismo día. Sin embargo, Moye, que cayó de cabeza, llevó la peor parte y permaneció en estado de inconsciencia hasta el día de su fallecimiento.
El menor es hijo de un dirigente de la central del parque Isiboro Sécure. Moye Noza fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas en el hospital Germán Busch de Trinidad, pero no fue posible salvarle la vida.
Sus restos mortales se llevaron a la sede de la subcentral Tipnis, al lado del mercado campesino, zona del barrio Plataforma, para su velatorio. Su cuerpo será enterrado hoy a las 10:00 en el cementerio general de la capital beniana.
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